Paola se
preguntaba si ella estaba entre esas cuentas pendientes, si era una de las
razones por las que su amado volvería.
Si regresaba
con ella, seguramente sería con deseo, con una intensidad comparable a un ser
mitológico. Pero la inquietaba una duda, si volvería con amor con ella. O con
furia hacia ella.
Francesco
tenía cuentas pendientes con Paola. Se había sentido engañado. Aquel día que
regresó de Estambul la sorprendió con su amante, en su habitación, en su propia
cama.
Y cada noche
ella le veía en su habitación porque él regresaba de entre los muertos como un
fantasma. Y veía su sombra. Y escuchaba su voz...
Una noche no
pudo aguantar más esos susurros que no percibía bien que era lo que decían, se armó
de valor y fue hasta la sombra que la perturbaba.
—¿Quién
eres?
—¿Por qué no
me hablas, y me dices qué quieres?
La sombra se
iba acerando hasta donde ella estaba, sus piernas parecían flaquear hasta el
punto que se dejó caer sobre los pies de la cama.
Tapó su cara
y sus lágrimas fueron sus compañeras, en ese momento la sombra se puso a su
lado.
No fue miedo
lo que sintió, más bien vergüenza y dolor.
Paola sintió
que la sombra se iba moviendo percibiendo cómo se acercaba con un cuchillo
afilado que la fue marcando el contorno de los labios, deslizándolo por el
cuello… rasgando el camisón... hasta llegar a los pechos... mientras que una
voz la susurraba...
—Vas a pagar
por todo el daño que me has hecho, perra.
El miedo la estaba sobrecogiendo dejándose llevar por la sensación de ahogo. De pronto pensó que solo era fruto de su imaginación por la dichosa culpa. Paola no quiso hacerle daño en ningún momento, las circunstancias fueron las causantes. Cuando quiso darse cuenta estaba demasiado metida en aquella situación. No se percató de que estaba hablando sola, de que su perdón salía una y otra vez de su garganta. Cubrió su rostro y empezó a sollozar. Cuando alzó la vista, la sombra había desaparecido. El día clareaba pero su inquietud quedó en el aire, en su cuerpo... Empezó a cuestionarse si había sido solo un sueño. Tan solo quedaba esperar a que llegara la noche.
sendero
empedrado jardín de colores vivos
a los
costados custodiando a humedad natura
el camino
hacia la puerta añeja de marrón oscuro,
semiabierta
antes de
llegar al pórtico, como lento bostezo animal
desde lo
profundo hacia la luz, el rostro cadavérico de
mirada
profunda y delgada figura oculta por la sotana
mira a Paola
y le dice: ¿problemas con el automóvil?
sorprendida
le responde que desde que partió fallaba
y se demoró
en llegar
el párroco
mirando el auto afirma: lo sé, un ente está
de polizón
en el motor… Ella gira sin ver algo, momento
en que este
tocándole la espalda, puede distinguirlo exclamando
—pero… es
Francesco !!!!!!!!!
paternal en
su voz suave el cura se dirige a Paola
—ese no es Francesco,
tampoco es el del ataúd que se encuentra
en el
cementerio … ese ahí, es uno de tantos demonios creados por Ti… producto de tus
culpas… la verdadera esencia de Francesco ahora en este instante está a tu lado
protegiéndote hasta de Ti misma.
Dante, el
cura consultado por Paola, era alguien que incomodaba a la jerarquía. Acusaba a
la hipocresía de algunos de sus pares, sabía demasiado bien los mecanismos de
ciertas intrigas. Y tenía una incómoda fama de progresista.
Dante solía
leer los pasajes de la Divina Comedia, de su ilustre homónimo, sobre Paolo y
Francesca. Era algo que le conmovía.
Por eso,
Paola se sentía incomoda. Sabía que no la juzgaría por la convivencia con
Francesco sin casarse. Ni por la intensidad de la pasión que habían tenido.
Alguien con tolerancia estaba diciendo que ella tenía culpas que había
cometido con alguien tan enamorado de ella, que la seguía protegiendo.
La confusión
de Paola a esas alturas rondaba el agobio, por ello había acudido al párroco,
buscando encontrar respuesta y sobre todo ayuda. Saber la posibilidad de que
Francesco la cuidaba la reconfortó, recordó muchas conversaciones juntos donde
hablaron de la muerte y de ese mundo desconocido más allá de la vida.
Pero si
Francesco la protegía, más allá de su infidelidad, quién o qué era aquella
sombra que la perturbaba con aquellas voces amenazantes. Le contó todo al
párroco y este quiso visitar la casa de Paola...
Quedaron al
día siguiente por la tarde.
Dante llegó
puntual, Paola le esperaba impaciente. Había vuelto a pasar una mala noche...
"¡Por favor, padre, no más noches toledanas!" exclamó nada más verle,
y se dirigieron al cuarto.
Lo primero
es lo primero. Dante le pidió a Paola que se tumbara en la cama, que cerrase
los ojos y respirase profundamente "concéntrate en tu respiración, Paola,
yo mientras me siento aquí, iremos viendo que va surgiendo".
Dicho y
hecho, Paola se tumbó y Dante se sentó en un silloncito. Paola se quedó roque
enseguida, la presencia del párroco le daba seguridad y por fin logró conciliar
el sueño.
En esas
estaban cuando se escucharon claramente tres golpes secos.
Dante se
sobresaltó al oír esos golpes, también se estaba quedando dormido y aquel ruido
lo puso en alerta. Se asomó a la ventana que daba a la calle, pero nada vio,
cuando giró vio que Paola temblaba sobre la cama.
Hija, ¿qué
te sucede?, le preguntó mientras Paola entornaba sus ojos y parecía pedirle
algo. ¿Qué quieres, qué pides? Fue cuando se fijó que sobre la mesa de noche
había un diario y un lápiz, se lo acercó a Paola que en un estado de trance
comenzó a dibujar lo que parecía un mapa. Cuando terminó de hacerlo su cuerpo
se calmó y Paola abrió los ojos mirando a Dante con sorpresa. ¿Qué sucedió
padre?
Has entrado
en un trance y has dibujado este mapa, le respondió el párroco aún asombrado
pese a su experiencia en esos casos paranormales. Ambos observaron el dibujo
que indicaba un lugar exacto, sin embargo quedaron aún más sorprendidos cuando
vieron que el dibujo que Paola había trazado con su mano, lo firmaba
Francesco...
No podía ser. Era la firma de él. Y debajo de la rúbrica estaba escrita una dirección.
Paola se sobresaltó, su cuerpo comenzó a sudar, estaba agitada. Pensó que debía acudir a aquel lugar. Se levantó de la cama y...
En el
momento de poner los pies en el suelo, sintió un calambre que le recorrió toda
la espina dorsal, inmóvil por unos segundos, el padre la sujetó y, con voz
afligida, la calmó.
—No pasa
nada hija, iré contigo si me lo permites a descubrir aquello que esa alma en
pena ha dibujado a través de ti.
Los días
previos a adentrarse en esa aventura un tanto arriesgada, hizo repaso a los
años que estuvieron juntos, ella y Francesco. A su memoria vinieron recuerdos
que ahora tomaban sentido. En el último año sus amistades eran un tanto
intrigantes, y sobre todo aquellas llamadas de teléfono a horas intempestivas,
donde sin decir nada se ausentaba dejándola sola; un nota era la excusa
perfecta: "amor, lo siento, es trabajo".
Recordó
aquella nota que encontró por casualidad al llevar su chaqueta a la tintorería.
«Fancesco, no
te olvides, llave: dos; hora: 3 a.m.; lugar: “La sartén del diablo”».
Paola dio un
pequeño salto, al menos tenía una pista por donde comenzar su búsqueda a lo
desconocido.
"La
Sartén de Diablo era algo menos siniestro que lo que su nombre sugería. Era un
restaurante y café, en una zona gastronómica.
—Lo único
maligno es que incentiva la gula —decía Dante con sentido del humor.
—Un lugar
frecuentado por abogados, inversores... y por amantes —agregaba Paola, sin
poder apreciar el humor del cura.
Cambiando de
tema, Dante hizo una observación.
—Hay algo
más escrito.
Dante leyó:
"Y ella
a mí: No hay mayor dolor,
que, en la
miseria recordar
el feliz
tiempo, y eso tu Doctor lo sabe".
Dante
reconoció un fragmento del episodio de la Divina Comedia, que tanto lo
conmovía. Paolo y Francesca en el círculo de la lujuria. Condenados pero juntos
para siempre.
—Canto
Quinto, verso 112. Esto puede ser una clave."
Llegando al
lugar se sorprendieron al darse cuenta de que estaba abandonado, lo que otrora
era un sitio muy concurrido, al parecer había sido asolado por un incendio
recientemente. Irónicamente parecía que el nombre del lugar había sentenciado
su destino. No obstante decidieron recorrer lo que quedaba aún en pie.
Había
numerosas inscripciones en los muros, graffitis realizados por vagabundos que
se quedaban por las noches o por quienes buscaban realizar ritos invocando
almas que se decía rondaban el lugar luego del siniestro.
Paola
observaba cada rincón, mientras Dante se persignaba al encontrar cruces
invertidas. En ese recorrido casi a oscuras, Paola se tropezó con un grueso
libro que yacía tirado en el piso, parecía como si alguien lo hubiera dejado
allí queriendo que ella lo encontrara...
Paola se
inclinó para recoger el libro y ante su asombro, las páginas comenzaron a
moverse una tras otra hasta detenerse en una en particular. Lo cogió en sus
manos y observó que aquello era un diario personal, la página contenía una
serie de frases sueltas y dibujos que daban escalofríos.
Paola y
Dante lo observaron tratando de encontrar respuesta a lo que parecía una señal
más de alguien que quería conducirlos a algún sitio. En ese momento Dante vio a
alguien que se asomaba tras un muro. "¡¿Hola?! ¡Ey! ¿Quién eres?"
exclamó interrogando a la presencia, la cual desapareció al instante. Dante fue
tras ella pero nada encontró...
Recordando
los versos incluidos en lo que había, en estado de trance. Paola tuvo una
inspiración repentina. Y fue hojeando el diario, buscando fechas. Y encontró
una anotación correspondiente a un 11 de febrero.
"La
Sartén del Diablo es un lugar concurrido, lleno de rumores, que dificultan el
espionaje. Hay algunas parejas de amantes, que no prestan atención a
negociaciones de abogados, inversores.
Si alguien
escuchara que los negocios se relacionan con lo sobrenatural. Las invocaciones
al mal, son cuestiones más de ceremoniosos contratos. Y ya de paso de moda el
vender almas. El negocio es comprarlas, seres temibles para atemorizar,
asesores financieros con siglos de experiencia en trampas...
Paola siguió
leyendo.
"... negociar
con la abogada, la invocación de 5 súcubos. Asegurarse de que sean tan bellas y
portadoras de lujuria, ¡como en los mitos...!
—11, 2, 5.
Como en los versos —murmuró Paola—. No puede ser una casualidad.
Dante la
había escuchado. Y tomó el diario.
—Han
convertido a la nigromancia en una cuestión de abogados —comentó—. Es peor de
lo que sospechaba.
Tras decirle
aquello a Paola, nuevamente Dante visualizó la silueta de un hombre en la
penumbra. -¡Ey!, -exclamó otra vez- Paola, hay un hombre allí. Cuando Paola
giró su vista creyó reconocer a Francesco en esa fantasmal presencia. Guardó el
libro en su bolso y junto a Dante fueron tras la aparición que pareció bajar
por unas escaleras.
Al llegar
allí, un cartel de advertencia los previno; "no cruzar esta puerta",
Paola se asomó alumbrando con su linterna y los escalones parecían muy
afectados por lo que fue el incendio. No obstante ya no podía detenerse, debían
llegar al fondo de todo. Miró a Dante y este le asintió con un gesto, armándose
de valor, ambos bajaron la escalera cuidadosamente. Al llegar abajo se
encontraron con pasillo que parecían un laberinto. ¿Cuál camino tomarían?...
Otra vez se
encontraban en una encrucijada, cuál camino tomar.
Paola se
quedó pensativa, aquellos números de los versos podían ser una señal, miraron a
su alrededor para ver la entrada del laberinto, cuando Dante puso su pie en el
estrecho pasillo, algo crujió, detrás de ellos una nueva puerta se abrió, en
esta la luz les cegaba ¿qué harían ahora?
Paola, le
dio tiempo a cogerle de la chaqueta pues una espada de acero con empuñadura de
plata casi le atraviesa el corazón, estaba claro, pasar aquel laberinto podría
costarles la vida.
—Es hora de
calmarse y ver las posibilidades que tenemos antes de enfrentarnos a algo
desconocido.
—Tú decides
Paola si quieres seguir adelante o dejar esta aventura sin solucionar.
—Seguiré
aunque mi vida me cueste, necesito respuestas y si para ello tengo que jugarme
la vida así lo haré. Solo necesito saber si tengo tu compañía o aquí decides
abandonarme.
—Hija, no
puedo dejarte sola en esta situación —contestó Dante, sacando una radio Spica
de un bolsillo.
—Es más
humilde que la tecnología de Los Cazafantasmas, gran película —explicó Dante— Pero
sirve para detectar presencias sobrenaturales.
La
transmisión deportiva fue reemplazada por un extraño sonido, entre gruñido y
zumbido.
—¿Es un
fantasma? —preguntó Paola, un tanto atemorizada.
—Tranquila,
hija. Esta presencia es inofensiva.
Los dos
vieron una silueta espectral que tomaba forma, la forma de una mujer con gorro
y guardapolvo de cocinera. No había rasgos intimidantes en la mujer espectral,
ni si siquiera su color azulado, incluso parecía triste.
—Me
necesitarán un guía, además de esa radio —dijo ella— Pueden llamarme Beatriz.
—¿Beatriz?
¿Cómo en La Divina Comedia? —preguntó Paola.
—No, apenas
soy una cocinera asesinada por una compañera de trabajo. Pero conozco el
laberinto.
Paola leyó
rápidamente lo que quedaba de la carta, luchando entre la emoción y el estado
de alerta.
—¿Adónde se
fue Beatriz? —le preguntó Paola— Parecía una buena mujer.
—Fue a
cocinar para alguien.
—¿A esta
hora?
—Tal vez fue
a preparar un desayuno. O tenía miedo de estar acá.
Paola sintió
temor de un lugar, que intimidaba a una mujer espectral. Por lo que se apresuró a
guardar la carta en el bolso.
—Entonces,
no podemos quedarnos.
—Pero
debemos tener cuidado. No todos serán como Beatriz.
Dante sacó
una tiza de otro de sus bolsillos. Y se la dio a Paola, quien trazó un
pentágono en el piso, en el que podían entrar ambos. Según el cura le había
explicado, era una defensa contra seres sobrenaturales.
Mientras
tanto, Dante fue girando su radio portátil, atento a posibles presencias
sobrenaturales.
Mientras con
la tiza pintaba el pentágono se oyeron ruidos extraños y algo en la atmósfera
les alertó de presencias sobrenaturales, el olor inconfundible de azufre.
Dante en un
acto de inercia agarró su crucifijo y lo apretó con sus dos manos, este gesto
no pasó inadvertido para Paula, que sintió como su labio inferior comenzaba a
temblar.
Una vez los
dos dentro de esa figura geométrica se sintieron un poco más aliviados aunque
solo fue una figuración momentánea, el peligro les estaba acechando y volaba
por encima de sus cabezas.
Algo comenzó
a caer sobre ellos, eran cenizas, pero entre ellas un pergamino cayó a los pies
de los dos.
Paola se
agachó y antes de cogerlo entre sus manos, Dante le advirtió que una vez en su
poder lo que en él estuviera escrito era un signo a seguir, no habría vuelta
atrás.
Vaciló un
segundo, sus miradas temblaron, el destino estaba escrito, debían seguir hasta
encontrar la verdad.
—¿Pero qué
verdad sería?
Ya habían
recorrido mucho camino como para dudar en este momento, Paola quería llegar a
la verdad, quería saber qué quería decirle Francesco como para presentarse ante
ella aún después de muerto. Abrió el pergamino con confianza, mientras Dante
rezaba temiendo lo peor. Al abrirlo sintió escalofríos cuando vio que el
pergamino contenía un testamento a su nombre por una suma millonaria. Era el
legado de Francesco y que tras su fallecimiento había quedado perdido y casi
reducido a cenizas en el incendio.
¿Cómo había
llegado allí? Francesco lo había dejado en manos de su abogado que al mismo
tiempo era el dueño de "La sartén del Diablo". Paola ignoraba la
existencia de aquel documento y nunca hubiera podido encontrarlo si el alma de
Francesco no hubiese regresado del más allá para llevarla hasta allí.
Paola
respiró profundamente, ese dinero era la solución a sus problemas tras la
muerte de su amado. Al terminar de leer levantó la mirada y vio a Francesco en
el marco de una puerta, le sonreía y ella hizo lo mismo. Dante la sacó de ese
instante cuando le advirtió: "Debemos irnos hija, esto puede derrumbarse
en cualquier momento".
Ambos
salieron de aquel lugar prontamente, con la satisfacción de haber encontrado el
testamento y poder permitir que Francesco descansara habiendo cumplido su
promesa.
Dante que
fue de vital ayuda para Paola, regresó a su parroquia y ella volvió a
reconciliarse con la vida. Sus sueños volvieron a ser plácidos y Francesco no
fue más una sombra, sino la luz que la acompañaba.
CONTINUACIÓN...
Ya no eran
toneladas las noches de Paola, que ahora esperaba con ansia, sabiendo que
serían noches de belleza, de pasión. Francesco, que cumplía con la promesa de
quedarse con ella, la remontaba entre las sombras, con amorosa lascivia. Y si a
veces la ropa de Paola era destrozada no era con furia, rencor, producto de las
intensas manifestaciones de deseo.
Pero Paola
sabía, era un pensamiento inquietante en el día, que no era el final de la
historia. Que venían algunas inquietudes en el testamento, junto con las
soluciones, en el testamento de Francesco.
Era
innegable que tendría que afrontar cuestiones legales, como reunirse con el
abogado de Francesco. Y dueño de La Sartén del Diablo.
—Él debe de
saber algo —se dijo a sí misma Paola— No puede ignorar lo que se oculta en el
laberinto. O a las negociaciones con almas, en poder de quién aportará más
dinero. Lo que había indignado a Dante. ¿En poder de quién podría quedar
alguien como Beatriz?
—Debes
hablar con Dante.
No fue fácil
encontrarlo. Tenía que tratar con la jerarquía eclesiástica, que vigilaba a
alguien molestamente progresista. Y sus investigaciones paranormales.
Paola lo
encontró en una cena de beneficencia.
—Yo estuve
pensado en eso hija. Beatriz la cocinera tuvo algo de suerte. Pero otras
mujeres fantasmales, como esas llamadas súcubos...
Paola tuvo
un pensamiento que la horrorizó.
—Entonces
esas súcubos.
—Así las
llamaban. Pero eran pobres víctimas.
Paola
recordó las noches de pesadillas, cuando creía que era asediada por Francesco.
Le preguntó al cura, como sabía eso.
—Hay alguien
que debes conocer. Podría ayudarte.
Dante le
presentó a una mujer esplendorosa, despampanante, parecía una modelo de revistas
de moda, vestida con una formalidad, que remarcaba su atractivo. Se presentó
como la Doctora Contanza Portinari. Era la abogada mencionada en el diario.
Había ido a buscar la ayuda de Dante, atormentada por sus culpas, como lo había
estado Paola.
—...y ellas
me suplicaron que no firmara. Pero le tengo terror a... ese abogado. Tiene
tanto poder.
Paola quedó
en silencio.
—¿Por qué no
reabrió ese lugar?
—Yo pensé en
eso —intervino Dante— Diría que le teme a algo.
Constanza
miró a Paola.
—¿Eres la
pareja de Francesco?
Paola
asintió.
—Debes
asumir su legado, no el dinero, sino el verdadero.
Esa noche,
Paola, Francesco y la abogada volvieron a las ruinas de lugar. Dentro de un
pentágono protector, hablaron con Beatriz y otros visitantes menos amables.
También con las cinco mujeres. Habían incentivado el incendio, para liberarse.
Pero era temporario, ahora necesitaban de Paola.
Paola leyó
el pergamino, el diario. Y aconsejada por Dante, asumió el otro legado, la
condición que estaba en ella.
En la fecha
acordada, Paola se reunió en un café frente a las ruinas, con el abogado. Era
alguien que sonreía maliciosamente, con la seguridad de sus contactos, que
llegaban al otro mundo.
Para su
sorpresa, Paola no llegó sola.
—Disculpen
mi tardanza —dice Constanza Portinari— Tuve una conversación con una cliente.
—La Doctora
se ofreció a asesorarme —se apresuró a decir, con firmeza, Paola— Hay temas muy
complejos. Hay unos contratos que negociar.
El abogado
notó que la voz de Paola se volvía intimidante. Y en sus ojos, vio algo que lo
atemorizó. Nada menos, que la visión de su peor temor.
—...bajo
nuevos términos —agregó Constanza— Y me refiero a los otros términos.
El lugar
reabrió con un nombre nuevo, La Sartén de Beatriz, con una cocinera fantasmal.
Con Paola como nueva dueña, asesorada por una redimida abogada. Y teniendo como
cliente a Dante, sacerdote y detective paranormal.
Tal vez
alguien pregunte de las cinco mujeres, las llamadas súcubos. Dicen que
liberadas de tratos de nigromancia, se convirtieron en musas, que inspiran
relatos y poemas. Que entregan su pasión, ahora por su voluntad, a quienes se
atrevan a amarlas.
HAN ESCRITO LA HISTORIA...
Paola se preguntaba si ella estaba entre esas cuentas pendientes, si era una de las razones porque su amado volvería.
ResponderEliminarSi regresaba con ella, seguramente sería con deseo, con una intensidad comparable a un ser mitológico. Pero la inquietaba una duda, si volvería con amor con ella. O con furia hacia ella.
Francesco tenía cuentas pendientes con Paola. Se había sentido engañado. Aquel día que regresó de Estambul la sorprendió con su amante, en su habitación, en su propia su cama.
ResponderEliminarY cada noche ella le veía en su habitación porque él regresaba de entre los muertos como un fantasma. Y veía su sombra. Y escuchaba su voz...
Una nueva aventura en yn nuevo mes, un placer participar en tus retos, preciosa.
EliminarMe he confundido, ya te habrás dado cuenta para que por favor lo corrijaa.. Cuando digo * en su propia su cama* quise decir * en su propia cama*.
Muchas gracias por todo. Que tengas un feliz mes de Febrero.
Besos enormes.
Una noche no pudo más aguantar esos susurros que no percibía bien que era lo que decian, se armo de valor y fue hasta la sombra que la perturbaba.
ResponderEliminar_¿Quien eres?
_¿Por qué no me hablas, y me dices que quieres?
La sombra se iba acerando hasta donde ella estaba, sus piernas parecían flaquear hasta el punto que se dejo caer sobre los pies de la cama.
Tapo sus cara y sus lágrimas fueron sus compañeras, en ese monumento la sombra se puso a su lado.
No fue miedo lo que sintió, más bien vergüenza y dolor.
Muchas gracias Ginebra, vamos a ver como se desarrolla este nuevo libro. MuAKISSSSSS
Feliz mes de Febrero.
Paola sintió que la sombra se iba moviendo percibiendo cómo se acercaba con un cuchillo afilado que la fue marcando el contorno de los labios, deslizándolo por el cuello.. rasgando el camisón... hasta llegar a los pechos... mientras que una voz la susurraba...
ResponderEliminar- Vas a pagar por todo el daño que me has hecho, perra.
El miedo la estaba sobrecogiendo dejándose llevar por la sensación de ahogo. De pronto pensó que solo era fruto de su imaginación por la dichosa culpa. Paola no quiso hacerle daño en ningún momento, las circunstancias fueron las causantes. Cuando quiso darse cuenta estaba demasiado metida en aquella situación. No se percató de que estaba hablando sola, de que su perdón salía una y otra vez de su garganta. Cubrió su rostro y empezó a sollozar. Cuando alzó la vista, la sombra había desaparecido. El día clareaba pero su inquietud quedó en el aire, en su cuerpo... Empezó a cuestionarse si había sido solo un sueño. TAn solo quedaba esperar a que llegara la noche.
ResponderEliminarMil besitos y mi cariño, Querida ♥
GRACIAS chicos, ¡sois unos CRACKS! 👍💯👏🥰😘💙
ResponderEliminarSin embargo solo esperar le creaba una enorme inquietud y le resultaba cada vez más difícil vivir con ese sentimiento. Las noches se habían vuelto vigilias, donde cerrar los ojos era abrir la puerta a que aquellas visiones regresaran siendo cada vez más perturbadoras.
ResponderEliminarFue cuando por fin se decidió a buscar ayuda, y recordó que en la iglesia más antigua de su ciudad, un cura era experto en sucesos paranormales. Decidida a encontrar una solución, fue a visitarlo....
👍💯🤓
Eliminarsendero empedrado jardín de colores vivos
ResponderEliminara los costados custodiando a humedad natura
el camino hacia la puerta añeja de marrón oscuro,
semiabierta
antes de llegar al pórtico, como lento bostezo animal
desde lo profundo hacia la luz, el rostro cadavérico de
mirada profunda y delgada figura oculta por la sotana
mira a Paola y le dice: ¿problemas con el automóvil?
sorprendida le responde que desde que partió fallaba
y se demoró en llegar
el párroco mirando el auto afirma: lo sé, un ente está
de polizón en el motor… Ella gira sin ver algo, momento
en que este tocándole la espalda, puede distinguirlo exclamando
.- pero… es Francesco !!!!!!!!!
paternal en su voz suave el cura se dirige a Paola
.- ese no es Francesco, tampoco es el del ataúd que se encuentra
en el cementerio … ese ahí, es uno de tantos demonios creados por Ti… producto de tus culpas… la verdadera esencia de Francesco ahora en este instante está a tu lado protegiéndote hasta de Ti misma
💯👏👏
Eliminar!!!!!
EliminarDante, el cura consultado por Paola, era alguien que incomodaba a la jerarquía. Acusaba a la hipocresía de algunos de sus pares, sabía demasiado bien los mecanismos de ciertas intrigas. Y tenía una incómoda fama de progresistas.
ResponderEliminarDante solía leer los pasajes de la Divina Comedia, de su ilustre homónimo, sobre Paolo t Francesca. Era algo que le conmovía.
Por eso, Paola se sentía un incomoda. Sabía que no la juzgaría por la convivencia con Francesco sin casarse. Ni por la intensidad la pasión que habían tenido. Alguien con tolerancia estaba diciendo que ella tenía culpas.
Que había cometido con alguien tan enamorado de ella, que la seguía protegiendo.
👍👏💯
EliminarLa confusión de Paola a esas alturas rondaba el agobio, por ello había acudido al párroco, buscando encontrar respuesta y sobre todo ayuda. Saber la posibilidad de que Francesco la cuidaba la reconfortó, recordó muchas conversaciones juntos donde hablaron de la muerte y de ese mundo desconocido más allá de la vida.
ResponderEliminarPero si Francesco la protegía, más allá de su infidelidad, quién o qué era aquella sombra que la perturbaba con aquellas voces amenazantes. Le contó todo al párroco y este quiso visitar la casa de Paola...
Se va poniendo interesante... 👍🤓
EliminarQuedaron al día siguiente por la tarde.
ResponderEliminarDante llegó puntual, Paola le esperaba impaciente. Había vuelto a pasar una mala noche... "¡Por favor, padre, no más noches toledanas!" exclamó nada más verle, y se dirigieron al cuarto.
Lo primero es lo primero. Dante le pidió a Paola que se tumbara en la cama, que cerrase los ojos y respirase profundamente "concéntrate en tu respiración, Paola, yo mientras me siento aquí, iremos viendo que va surgiendo".
Gracias, preciosa! 👏👍💯
EliminarDicho y hecho, Paola se tumbó y Dante se sentó en un silloncito. Paola se quedó roque enseguida, la presencia del párroco le daba seguridad y por fin logró conciliar el sueño.
ResponderEliminarEn esas estaban cuando se escucharon claramente tres golpes secos.
Dante se sobresaltó al oír esos golpes, también se estaba quedando dormido y aquel ruido lo puso en alerta. Se asomó a la ventana que daba a la calle, pero nada vio, cuando giró vio que Paola temblaba sobre la cama.
ResponderEliminarHija, qué te sucede?, le preguntó mientras Paola entornaba sus ojos y parecía pedirle algo. Qué quieres?, qué pides?. Fue cuando se fijó que sobre la mesa de noche había un diario y un lápiz, se lo acercó a Paola que en un estado de trance comenzó a dibujar lo que parecía un mapa. Cuando terminó de hacerlo su cuerpo se calmó y Paola abrió los ojos mirando a Dante con sorpresa. Qué sucedió padre?.
Has entrado en un trance y has dibujado este mapa, le respondió el párroco aún asombrado pese a su experiencia en esos casos paranormales. Ambos observaron el dibujo que indicaba un lugar exacto, sin embargo quedaron aún más sorprendidos cuando vieron que el dibujo que Paola había trazado con su mano, lo firmaba Francesco...
Genial, chicos! 👍💯
ResponderEliminarNo podía ser. Era la firma de él. Y debajo de la rúbrica estaba escrita una dirección.
ResponderEliminarPaola se sobresaltó, su cuerpo comenzó a sudar, estaba agitada. Pensó que debía acudir a aquel lugar. Se levantó de la cama y ...
Va creciendo el suspense... 👍👏
EliminarEn el momento de poner los pies en el suelo, sintió un calambre que la recorrió toda la espina dorsal, inmóvil por unos segundos, el padre la sujeto y con voz afligida la calmo, no pasa nada hija, iré contigo si me lo permites a descubrir aquello que esa alma en pena ha dibujado a través de ti.
ResponderEliminarLos días previos adentrarse en esa aventura un tanto arriesgada, ella hizo repaso a los años que estuvieron juntos ella y Francesco,a su memoria vinieron recuerdos que ahora tomaban sentido, en el último año sus amistades eran un tanto intrigantes y sobre todo aquellas llamadas de teléfono a horas intempestivas, donde sin decir nada se ausentaba dejándola sola, un nota era la excusa perfecta" amor lo siento es trabajo".
Recodo aquella nota que encontró por casualidad al llevar su chaqueta a la tintorería.
*Fancesco, no te olvides, llave dos, hora 3 Am _lugar La sartén del diablo_*
Paola dio un paqueo salto, al menos tenía una pista por donde comenzar su búsqueda a lo desconocido.
Ginebra, creo que hay algún fallo, ya sabes por favor haz lo conveniente jajaj muakisssssss
ResponderEliminar👍😉 Graciass!! Eres una crack!!
EliminarBsoss y feliz semana, preciosa! 💙
La Sartén de Diablo era algo menos siniestro que lo que su nombre sugería. Era una zona en que abundaban los restaurants y cafés, algunos de otras nacionalidades.
ResponderEliminar-Lo único maligno es que incentiva la gula-decía Dante con de sentido del humor.
-Lugares frecuentados por abogados, inversores...y por amantes -agregaba Paola, sin poder apreciar el humor del cura.
Cambiando de tema, Dante hizo una observación.
-Hay algo más escrito.
Dante leyó:
"Y ella a mí: No hay mayor dolor,
que, en la miseria recordar
el feliz tiempo, y eso tu Doctor lo sabe".
Dante reconoció un fragmento del episodio de la Divina Comedia, que tanto lo conmovía. Paolo y Francesca en el círculo de la lujuria. Condenados pero juntos para siempre.
-Canto Quinto, verso 112. Esto puede ser una clave.
👍👏💯
EliminarLlegando al lugar se sorprendieron al darse cuenta de que estaba abandona, lo que otrora era un sitio muy concurrido, al parecer había sido asolado por un incendio recientemente. Irónicamente parecía que el nombre del lugar había sentenciado su destino. No obstante decidieron recorrer lo que quedaba aún en pie.
ResponderEliminarHabía numerosas inscripciones en los muros, grafittis realizados por vagabundos que se quedaban por las noches o por quienes buscaban realizar ritos invocando almas que se decía rondaban el lugar luego del siniestro.
Paola observaba cada rincón, mientras Dante se persignaba al encontrar cruces invertidas. En ese recorrido casi a oscuras, Paola se tropezó con un grueso libro que yacía tirado en el piso, parecía como si alguien lo hubiera dejado allí queriendo que ella lo encontrara....
* abandonado
Eliminar👍💯🤓
EliminarCreo que mi párrafo, el anterior, podría alterarse para mantener una coherencia. Quedando así:
Eliminar"La Sartén de Diablo era algo menos siniestro que lo que su nombre sugería. Era un restaurants y café, en una zona gastronómica.
-Lo único maligno es que incentiva la gula-decía Dante con de sentido del humor.
-Un lugar frecuentado por abogados, inversores...y por amantes -agregaba Paola, sin poder apreciar el humor del cura.
Cambiando de tema, Dante hizo una observación.
-Hay algo más escrito.
Dante leyó:
"Y ella a mí: No hay mayor dolor,
que, en la miseria recordar
el feliz tiempo, y eso tu Doctor lo sabe".
Dante reconoció un fragmento del episodio de la Divina Comedia, que tanto lo conmovía. Paolo y Francesca en el círculo de la lujuria. Condenados pero juntos para siempre.
-Canto Quinto, verso 112. Esto puede ser una clave."
Perfecto! Ya lo he pasado. A veces pequeños detalles dan uno u otro sentido. Gracias, querido amigo. Un abrazo, y muy feliz finde 💙
EliminarPaola se inclinó para recoger el libro y ante su asombro, las páginas comenzaron a moverse una tras otras hasta detenerse en una en particular. Lo cogió en sus manos y observo que aquello era un diario personal, la página contenía una serie de frases sueltas y dibujos que daban escalofríos.
ResponderEliminarPaola y Dante lo observaron tratando de encontrar respuesta a lo que parecían una señal más de alguien que quería conducirlos a algún sitio. En ese momento Dante vio a alguien que se asomaba tras un muro. "Hola?! Ey! Quién eres?" exclamó interrogando a la presencia, la cual desapareció al instante. Dante fue tras ella pero nada encontró...
Me encanta el cauce que está tomando! 👏👍
EliminarRecordando los versos incluidos en lo que había, en estado de trance. Paola tuvo una inspiración repentina. Y fue hojeando el diario, buscando fechas. Y encontró una anotación correspondiente a un 11 de febrero.
ResponderEliminar"La Sartén del Diablo es un lugar concurrido, lleno de rumores, que dificultan el espionaje. Hay algunas parejas de amantes, que no prestan atención a negociaciones de abogados, inversores.
Si alguien escuchara que los negocios se relacionan con lo sobrenatural. Las invocaciones al mal, son cuestiones más de ceremoniosos contratos. Y ya de paso de moda el vender almas. El negocio es comprarlas, seres temibles para atemorizar, asesores financieros con siglos de experiencia en trampas...
Paola siguió leyendo.
"....negociar con la abogada, la invocación de 5 súcubos. Asegurarse de que sean tan bellas y portadoras de lujuria, como en los mitos...!
-11, 2, 5. Como en los versos -murmuró Paola- No puede ser una casualidad.
Dante la había escuchado. Y tomó el diario.
-Han convertido a la nigromancia en una cuestión de abogados -comentó- Es peor de lo que sospechaba.
Muy bueno! 👍👏💯
EliminarTras decirle aquello a Paola, nuevamente Dante visualizó la silueta de un hombre en la penumbra. Ey!, exclamó otra vez, Paola, hay un hombre allí. Cuando Paola giró su vista creyó reconocer a Francesco en esa fantasmal presencia. Guardó el libro en su bolso y junto a Dante fueron tras la aparición que pareció bajar por unas escaleras.
ResponderEliminarAl llegar allí, un cartel de advertencia los previno; "no cruzar esta puerta", Paola se asomó alumbrando con su linterna y los escalones parecían muy afectados por lo que fue el incendio. No obstante ya no podía detenerse, debían llegar al fondo de todo. Miró a Dante y este le asintió con un gesto, armándose de valor, ambos bajaron la escalera cuidadosamente. Al llegar abajo se encontraron con pasillo que parecían un laberinto. Cuál camino tomarían?...
Esas puertas que prohíben su paso... son las que más deseamos cruzar... 👍👏🤓
EliminarOtra vez se encontraban en una encrucijada, cual camino tomar.
ResponderEliminarPaola se quedó pensativa aquellos números de los versos podían ser una señal, miraron a su alrededor para ver la entrada del laberinto, cuando Dante puso su pie en el estrecho pasillo, algo crujió, detrás de ellos una nueva puerta se abrió, en está la luz les cegaba¿ qué harían ahora?
Paola, le dio tiempo a cogerle de la chaqueta pues una espada de acero con empuñadura de plata casi le atraviesa el corazón, estaba claro, pasar aquel laberinto podría costarles la vida.
_ Es hora de calmarse y ver las posibilidades que tenemos antes de enfrentarnos a algo desconocido.
_ Tú decides Paola si quieres seguir adelante o dejar esta aventura sin solucionar.
_Seguiré aunque mi vida me cueste, necesito respuestas y si para ello tengo que jugarme la vida así lo haré. Solo necesito saber si tengo tu compañía o aquí decides abandonarme.
-Hija, no puedo dejarte sola en esta situación -contestó Dante, sacando una radio Spica de un bolsillo.
ResponderEliminar-Es más humilde que la tecnología de Los Cazafantasmas, gran película -explicó Dante- Pero sirve para detectar presencias sobrenaturales.
La transmisión deportiva fue reemplazada por un extraño sonido, entre gruñido y zumbido,
-¿Es un fantasma? -preguntó Paola, un tanto atemorizada.
-Tranquila, hija. Esta presencia es inofensiva.
Lo dos vieron una silueta espectral que tomaba forma, la forma de una mujer con gorro y guardapolvo de cocinera. No había rasgos intimidantes en la mujer espectral, ni si siquiera su color azulado, incluso parecía triste.
-Me necesitarán un guía, además de esa radio -dijo ella- Pueden llamarme Beatriz.
-¿Beatriz? ¿Cómo en La Divina Comedia? -preguntó Paola.
-No, apenas soy una cocinera asesinada por una compañera de trabajo. Pero conozco el laberinto.
Sois unos genios! 👍👏💯
ResponderEliminarLa fantasmal entidad los guío por aquellos pasillos estrechos y carcomidos por el tiempo, ante cualquier mal paso algo podía derrumbarse. Sigilosos fueron tras de la aparición que por momento se confundía con las paredes entre tanta oscuridad.
ResponderEliminarAsí fue que tras avanzar varios metros, llegaron a una habitación que contenía osamentas humanas. Dios santo!, exclamó Dante, a lo que Paola agregó, aquellos cráneos tienen agujeros, al parecer recibieron un disparo. Busco a su lado a la mujer fantasma pero esta había desaparecido sin que ellos lo notaran.
Dante examinó el lugar que además contenía cajas apiladas. Miró aquí y allá hasta que sus ojos se posaron en un papel que estaba semienterrado, con cuidado escarbó y pudo sacarlo. Paola se acercó y notó que aquella era la letra de Francesco. Dante comenzó a leer: "Mi amada Paola, tal vez nunca encuentres esta carta, pero si lo ha hecho comprenderás hoy los temores que siempre te manifesté ante mi muerte..." Los ojos de Paola se humedecieron y Dante la rodeó con su brazo tratando de darle calma, y prosiguió leyendo. "Hicimos una promesa poco antes de mi partida, y era la de seguir unidos más allá de la muerte física, por ello volveré a ti para así cumplir lo prometido y al mismo tiempo, revelarte lo que un día guardé para ti."...
Promesa cumplida para toda la eternidad... y, además, con un secreto por desvelar...
Eliminar👍👏💯
Que lindo que esta quedando..., somos modestia a parte geniales ajjaja vamos que me voy a dar un beso a mi misma jajaja.
EliminarSois un lujazo!! Creáis unas tramas maravillosas!! Muy GRANDES 👏👏💯
EliminarY venga esos Bsosss!! 😉😘😘
Paola leyó rápidamente lo que quedaba de la carta, luchando entre la emoción y el estado de alerta.
ResponderEliminar-¿Adónde se fue Beatriz? -le preguntó Paola- Parecía una buena mujer.
-Fue a cocinar para alguien.
-¿A esta hora?
-Tal vez fue preparar un desayuno. O tenía miedo de estar acá.
Paola sintió temor de un lugar, que intimidada a una mujer espectral. Por lo que apresuró a guardar la carta en el bolso.
-Entonces, no podemos quedarnos.
-Pero debemos tener cuidado. No todos serán como Beatriz.
Dante sacó una tiza de otro de sus bolsillos. Y se la dio a Paola, quien trazó un pentágono en el piso, en que podían entrar ambos. Según que el cura le había explicado, era una defensa contra seres sobrenaturales.
Mientras tanto, Dante fue girando su radio portátil, atento a posibles presencias sobrenaturales.
Genial!👏👏
EliminarCorrección, en lugar de "intimidada" va "intimidaba"
ResponderEliminar👍
EliminarMientras con la tiza pintaba el pentágono se oyeron ruidos extraños y algo en la atmósfera les alerto de presencias sobrenaturales, el olor inconfundible de azufre.
ResponderEliminarDante en un acto de inercia agarró su crucifijo y lo apretó con sus dos manos, este gesto no paso inadvertido para Paula, que sintió como su labio inferior comenzaba a temblar.
Una vez los dos dentro de esa figura geométrica se sintieron un poco más aliviados aunque solo fue una figuración momentánea el peligro les estaba acechando y volaba por encima de sus cabezas.
Algo comenzó a caer sobre ellos, eran cenizas, pero entre ellas un pergamino cayó a los pies de los dos.
Paola se agacho y antes de cogerlo entre sus manos, Dante le advirtió que una vez en su poder lo que en él estuviera escrito era un signo a seguir, no habría vuelta atrás.
Vacilo un segundo, sus mirados temblaron el destino estaba escrito debían seguir hasta encontrar la verdad.
_¿Pero qué verdad sería?
👏👏💯
EliminarYa habían recorrido mucho camino como para dudar en este momento, Paola quería llegar a la verdad, quería saber qué quería decirle Francesco como para presentarse ante ella aún después de muerto. Abrió el pergamino con confianza, mientras Dante rezaba temiendo lo peor. Al abrirlo sintió escalofríos cuando vio que el pergamino contenía un testamento a su nombre por una suma millonaria. Era el legado de Francesco y que tras su fallecimiento había quedado perdido y casi reducido a cenizas en el incendio.
ResponderEliminarCómo había llegado allí? Francesco lo había dejado en manos de su abogado que al mismo tiempo era el dueño de "La sartén del Diablo". Paola ignoraba la existencia de aquel documento y nunca hubiera podido encontrarlo si el alma de Francesco no hubiese regresado del más allá para llevarla hasta allí.
Paola respiró profundamente, ese dinero era la solución a sus problemas tras la muerte de su amado. Al terminar de leer levantó la mirada y vio a Francesco en el marco de una puerta, le sonreía y ella hizo lo mismo. Dante la sacó de ese instante cuando le advirtió: "Debemos irnos hija, esto puede derrumbarse en cualquier momento".
Ambos salieron de aquel lugar prontamente, con la satisfacción de haber encontrado el testamento y poder permitir que Francesco descansara habiendo cumplido su promesa.
Dante que fue de vital ayuda para Paola, regresó a su parroquia y ella volvió a reconciliarse con la vida. Sus sueños volvieron a ser plácidos y Francesco no fue más una sombra, sino la luz que la acompañaba.
BRAVO! Magnífico cierre 👏👏
EliminarSois muy grandes. Pedazo de historia! 💯👍🤓
GRACIAS 🙏
Estar tarde lanzo el siguiente!
💙💙
Siempre es un placer.
EliminarDulces besos cariñosos Gine.
😘😘
EliminarYa no eran toledanas las noches de Paola, que ahora esperaba con ansía, sabiendo que serían noches de belleza, de pasión. Francesco, que cumplía con la promesa de quedarse con ella, la remontaba entre las sombras, con amorosa lascivia. Y si a veces la ropa de Paola era destrozada no era con furia, rencor, producto de las intensas manifestaciones de deseo.
ResponderEliminarPero Paola sabía, era un pensamiento inquietante en el día, que no era el final de la historia. Que venían algunas inquietudes en el testamento, junto con las soluciones, en el testamento de Francesco.
Era innegable que tendría que afrontar cuestiones legales, como reunirse con el abogado de Francesco. Y dueño de La Sartén del Diablo.
-El debe de saber algo -se dijo a si misma Paola- No puede ignorar lo que se oculta en el laberinto. O a las negociaciones con almas, en poder de quien aportara más dinero. Lo que había indignado a Dante. ¿En poder de quien podría quedar alguien como Beatriz?
-Debés hablar con Dante.
No fue fácil encontrarlo. Tenía que tratar con la jerarquía eclesiástica, que vigilaba a alguien molestamente progresista. Y sus investigaciones paranormales.
Paola lo encontró en una cena de beneficencia.
.Yo estuve pensado en eso hija. Beatriz la cocinera tuvo algo de suerte. Pero otras mujeres fantasmales, como esas llamadas súcubos...
Paola tuvo un pensamiento que la horrorizó.
-Entonces. esas súcubos.
-Así las llamaban. Pero eran pobres víctimas.
Paola recordó las noches de pesadilla, cuando creía que era asediada por Francesco. Le preguntó al cura, como sabía eso.
-Hay alguien que debes conocer. Podría ayudarte.
Dante le presentó a una mujer esplendorosa, despampanante, parecía una modelo revistas de moda, vestida con una formalidad, que remarcaba su atractivo. Se presentó como la Doctora Contanza Portinari. Era la abogada mencionada en el diario. Había ido a buscar la ayuda de Dante, atormentada por sus culpas, como lo había estado Paola.
-...y ellas me suplicaron que no firmara. Pero le tengo terror a...ese abogado. Tiene tanto poder.
Paola quedó en silencio.
-¿Por qué no reabrió ese lugar?
-Yo pensé en eso .intervino Dante- Diría que le teme a algo.
Constanza miró a Paola.
-¿Eres la pareja de Francesco)
Paola asintió.
-Debes asumir el su legado, no el dinero, sino el verdadero.
Esa noche, Paola, Francesco y la abogada volvieron a las ruinas de lugar. Dentro de un pentágono protector, hablaron con Beatriz y otros visitantes menos amables. También con las cinco mujeres. Habían incentivado el incendio, para liberarse. Pero era temporario, ahora necesitaban de Paola.
Paola leyó el pergamino, el diario. Y aconsejada por Dante, asumió el otro legado, la condición que estaba en ella.
ResponderEliminarEn la fecha acordada, Paola se reunió en un café frente a las ruinas, con el abogado. Era alguien que sonreía maliciosamente, con la seguridad de sus contactos, que llegaban al otro mundo.
Para su sorpresa, Paola no llegó sola.
-Disculpen mi tardanza -dice Constanza Portinari- Tuve una conversación con una cliente.
-La Doctora se ofreció a asesorarme .se apresuró a decir, con firmeza, Paola- Hay temas muy complejos. Hay unos contratos que negociar.
El abogado notó que la voz de Paola se volvía intimidante. Y en sus ojos, vio algo que lo atemorizó. Nada menos, que la visión de su peor temor.
-...bajo nuevos nuevos términos -agregó Constanza- Y me refiero a los otros términos.
El lugar reabrió con un nombre nuevo, La Sartén de Beatriz, con una cocinera fantasmal. Con Paola como nueva dueña, asesorada por una redimida abogada. Y teniendo como cliente a Dante, sacerdote y detective paranormal.
Tal vez alguien pregunte de las cinco mujeres, las llamadas súcubos. Dicen que liberadas de tratos de nigromancia, se convirtieron en musas, que inspiran relatos y poemas. Que entregan su pasión, ahora por su voluntad, a quienes se atrevan a amarlas.
MARAVILLOSO, querido amigo. Es un placer y un verdadero lujo contar con la pasión que sentís por las letras, y esta entrega incondicional que tanto nos enriquece a todos y cada uno. No hay duda de que las musas están con todos vosotros.
EliminarGRACIAS A TODOS!! 🙏👏👏💙💙