Sucedió que...

Muchas veces por casualidad, y otras, como esos gatos a los que les puede la curiosidad a pesar de las consecuencias que ya conocemos por la cita, somos testigos de un suceso extraordinario; una discusión; un romántico encuentro… En definitiva: una breve situación que poder resumir en un microrrelato de no más de cincuenta palabras, aproximadamente.   

Podéis hacerlo a partir de algo que hayáis presenciado realmente, o utilizando esa maravillosa imaginación que bien conocemos y que ocupa gran parte de nuestros vuelos y letras.

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Entre ellos dos apenas cabía un alfiler. La temperatura iba en aumento en la barra de aquel concurrido local. Él dirigió lentamente su mano a la altura de sus nalgas y… con suma delicadeza… intentó sustraerle el móvil del bolsillo. No lo consiguió; mi grito hizo que saliera despavorido.

(Ginebra Blonde)

El metro como cada mañana iba con multitud, ella siempre con sus auriculares y su cara ensimismada me recordaba a la misma Madonna, ese día ocurrió algo insólito, a su lado iba un perro lazarillo como su guía y mejor amigo, ahora caí por qué esos ojos eran tan bellos, su luz era interior.
(Campirela)

Sucedió que, yo no debería haber estado allí, sin embargo la situación me pilló por sorpresa. La conversación entre aquellas dos personas iba subiendo de tono y de decibelios. Me dispuse para llamar a la policía cuando vi que llegaban a las manos. Los tonos se sumaban uno tras otro a la vez que las manos se aferraban en los diversos cuerpos. Al otro lado del aparato una voz preguntaba por el motivo de la llamada, mi voz titubeó al descubrir cómo del odio al amor solo hay un paso. Aproveché la llamada para dejarte un Buenos días y una sonrisa.
(Auroratris)

A lo lejos vi dos cuerpos serpenteando entre la hierba, fui como una niña traviesa, acercándome, la curiosidad era infinita, estaba ya cerca y oía gemidos, ¿qué seria, la estaría haciendo daño?... no me dio tiempo a averiguarlo, caí en un barranco y mis gritos alteraron el ritmo de la pasión de aquellos dos jóvenes inexpertos.
(Campirela)

Quedé enredada entre unos matorrales, no podía moverme, grité pidiendo auxilio. Aquellos jóvenes acudieron a la llamada de socorro, me ruboricé, seguro que se habrían dado cuenta que los estaba espiando, medio desvestidos me ayudaban a levantarme, mientras me limpiaba pensé... "tierra trágame". Era incapaz de mirarles a los ojos, cabizbaja les di las gracias y me alejé.
(Dakota)

Era incapaz de mirarles a los ojos, cabizbaja les di las gracias y me alejé.
Un Taxi paraba de golpe y aquellas caras me sonaban, no sabía si deliraba.
Recuerdo que me dieron de beber algo y aún no se me había pasado el efecto, sentí una venda tapando mis ojos...
Me ataron con unas bridas las muñecas, eran varios de nuevo.
Parecía una pesadilla, pero caí en pleno éxtasis de placer, entre gemidos y jadeos... alguien de ellos decía.
Dame lo que me gusta...
Vas a tener la muerte más dulce que jamás soñaste.
(Cora)

Los rumores que le llegaban cada vez eran más reiterados, que la habían visto acompañada en tal o cual parte, que no le convenía, que se olvidara de ella. Pero él no había visto nada de lo que le contaban. A pesar de seguirla muchas veces o intentar sorprenderla en algún error. Hasta una tarde en que casualmente la vio en una tienda céntrica. Se detuvo fuera esperando que ella lo viera, pero nunca notó su presencia, sí su acompañante. Los rumores eran ciertos.
(Dulce)

Se detuvo fuera esperando que ella lo viera, pero nunca notó su presencia, sí su acompañante. Los rumores eran ciertos.
Así continuo algo desorientada, el trascurso del día, tenía la sensación de que alguien la seguía... sonó el móvil, una voz incitante le decía, que acudiera a una cita, la cual allí todas sus preguntas cobrarían respuesta, en un restaurante de un hotel de alto estándar.
Se puso un vestido lencero, se miró al espejo y pensó... estoy lista para todo lo que pueda suceder...
(Cora)

Al llegar, los labios entre tus piernas;
supo que la vida brota como mar violento.
Ahí, donde el dedo del amor golpea,
él bebiendo en su panal con sus labios de frescura
la copa de amor suntuosa,
cáliz de miel perfecto,
embriagante y sombrío,
abierta como clamor de boca...
él lo escribía con versos locos para convertirlo en poema...
(Gustab)

él lo escribía con versos locos para convertirlo en poema...
Así ella se entregaba abriendo sus pétalos con sus yemas...
cual aleteo se tratara... la miel brotaba en los labios y así se mecía la tempestad...
Irrefrenable e inevitable era su deseo carnal, esperando siempre ese momento donde coincidir...
(Cora)