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lunes, 30 de septiembre de 2024

Sigue la frase...

Lisa Lach-Nielsen
 

Sigue cualquiera de las siguientes frases, y crea un texto en el formato que desees. Puedes optar por cada una de ellas, e incluso utilizar la misma para distintos textos y géneros.


Aquel día dejó de importarme todo; tenía que huir…

Nunca imaginé el precio que pagaría por volar tan alto…

Aquellos pájaros parecían indicarme el camino…

El fuego casi me alcanza; una y otra vez, cada noche, hasta que despierto de la pesadilla…

Nuestra primera cita fue volar en globo; también fue la última al descubrir…

Cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo gatito, supe…

Aquel día dejó de importarme todo; tenía que ponerme en marcha…; escapar de aquello que me oprimía y que no me dejaba ser lo que era en realidad. Todo comenzaba a tener sentido. Ese ya no era mi sitio.
No dudé ni un segundo. Me fui con lo puesto. Allí a donde me dirigía no iba a necesitar más que esta conciencia mía que al fin se había liberado de la carne; y en cuanto vi la luz, me dirigí a ella atraída por su inconmensurable paz.
Apenas había podido abrazarla, cuando comencé a sentir que algo me arrastraba en dirección contraria.
Definitivamente no era mi hora.
Aquel día no sólo volví a nacer, sino que entendí que en verdad uno muere…, cuando se aleja de sí mismo.
 
©Ginebra Blonde

Aquellos pájaros parecían indicarme el camino…  aquel lugar parecía mágico, era un parque precioso lleno de niños que jugueteaban en los columpios. Allí me detuve. Por un instante, como por arte de magia, me olvidé quién era. Abrí bien los ojos respirando profundamente la belleza del entorno, tragándome la paz que me envolvía. Estaba feliz. De repente una paloma se posó en mi hombro, después se puso encima de la rueda. Quise capturar ese instante con mi cámara pero no me dio tiempo. ¡Voló! Al poco tiempo yo también me fui volando a mi manera. En mi silla de ruedas...

*

Nunca imaginé el precio que pagaría por volar tan alto… llegué a rozar el cielo... y hoy estoy tocando el suelo del abismo... llegué a creerme sus palabras envueltas en la mentira... me hizo sentir ser su reina en noches orgasmadas... y ahora estoy sufriendo el duelo de aquel amor loco y apasionado... roto el corazón en mil pedazos... y la piel marcada en el engaño...

©María


Aquel día dejó de importarme todo; tenía que huir… El tiempo corría a mi favor, cogí las llaves ocultas tras el cuadro de luz y salí lo más rápido, tenía que salir de esa institución, yo no estaba loco, todo fue una artimaña de mi familia.
Ahora llegó la hora de mi propia venganza, ya no tenía sentimientos hacia ninguno de ellos, me costó, pero conseguí quitarme esa culpa, pagarían por todos estos años.
Cada noche de insomnio, cada golpe recibido, cada lágrima derramada lo pagarían, aunque fuese mi último acto, hay cosas que jamás se pueden perdonar.
Ellos fueron crueles, nunca entendieron que mi fortuna la disfrutara, mi otra familia, la que realmente me quiso tal como era.
Mi condición sexual les avergonzaba, por eso quisieron destruirme, ahora sería yo quien lo hiciera, pero no como ellos hicieron conmigo, sino de cara, de frente. Ahora estaba preparado.

*

Nuestra primera cita fue volar en globo; también fue la última al descubrir…
Esa frase escrita en esa hoja de suicidio me daba mala espina, era todo tan extraño, aquel caso me traía de cabeza, no lograba entender cómo una mujer con toda la vida por delante se había quitado la vida y de esa manera.
¿Pero la nota, ahí había algo que no cuadraba?
¿Quién era su cita, qué descubrió en él o ella, para dejar escrito que sería la última, y no llegar a poner los motivos?
Muchos interrogantes y poco tiempo, la víctima era la hija del gobernador, un caso muy peliagudo, se había filtrado que esa tarde la vieron, en el Valle de Loira, montando en globo con el primer ministro, íntimo de su padre...

*

Cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo gatito, supe que eras tú el que cada noche venía a mi ventana y con picardía dejabas un poema sujeto con una piedra para que este no volara en la madrugada, siempre era el mismo papel, el mismo que aquel día vi asomar de tu bolsillo cuando corrías tras ese pequeño minino.
Al día siguiente te vi a la orilla del río, te sonreí y tú te sonrojaste. Solo al cruzarme contigo te miré a los ojos y te dije…
"El color de tu mirada es el mejor poema de la mañana"

*

Aquel día dejó de importarme todo; tenía que huir.
Cuando me enteré de que fui una niña adoptada comprendí el porqué de ese desprecio de los que creía que eran mi familia, nada tenía en común, no era solo la sangre, era la forma de mirarme, nunca me vio como su hija sino como un trozo de carne que debía alimentar sin obtener beneficio de él.
Nunca imaginé el precio que pagaría por volar tan alto, cuando hui de esa casa, que era una jaula dorada, sin cariño, aunque mi libertad me costó más de un disgusto.
Aquellos pájaros parecían indicarme el camino, y en mi corta experiencia de la vida los seguí, aprendí en un libro que cuando veas una bandada de pájaros hay que seguirlos, ellos son símbolo de libertad y abundancia, así lo hice hasta llegar a un pajar solitario donde me refugié del frío de la noche.
El fuego casi me alcanza; una y otra vez, cada noche, hasta que despierto de la pesadilla, durante el tiempo que estuve allí, mis pesadillas siempre eran las mismas, una gran llama me acercaba, sin llegar a quemarme, pero la angustia era horrorosa.
Una noche alguien se acercó al lugar era un chico más o menos de mi edad, estuvimos charlando, le conté mi vida y él me contó la suya, y así surgió algo bonito entre los dos.
Nuestra primera cita fue volar en globo; también fue la última al descubrir, que se había escapado de un reformatorio y le estaban buscando, pues no tenía aún los dieciocho años, aquello me dejó hundida.
Decidí seguir mi camino y llegar a la ciudad, allí conseguiría trabajo y comenzaría a vivir una nueva vida.
Me salió trabajo en una discoteca, de relaciones públicas, no era mucho el sueldo, solo eran dos días a la semana el resto lo empleaba cuidando a personas mayores, y por las tardes iba a estudiar, quería aprender a coser, pues no se me daba mal y era un futuro prometedor.
Aquella tarde de verano, cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo, perrito, vi en ti a mi alma gemela, nos miramos y me hiciste un gesto con el dedo, de que no dijera nada, si no el encargado te echaría del recinto a ti y tu linda mascota.
Fue el comienzo de una posible amistad.

©Campirela

Cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo gatito, supe que el destino tenía un sentido del humor extraño. En medio de los trajes elegantes y los movimientos ensayados, tú eras una ráfaga de luz, desbordando una energía que rompía con la perfección artificial de la sala. Mientras los demás te miraban con sorpresa, yo no podía apartar los ojos de tu risa contagiosa, la manera en que ignorabas las miradas inquisitivas y seguías detrás del felino como si fuera lo único importante. Esa libertad, esa despreocupación, era lo que me faltaba. En ese momento, entendí que eras el desorden que mi vida cuidadosamente organizada que necesitaba. Y sin pensarlo, empecé a seguirte también.
 

*
 
Nuestra primera cita fue volar en globo; también fue la última al descubrir que tenías miedo a las alturas. Al principio, todo parecía perfecto: el suave balanceo del globo mientras ascendíamos, el horizonte pintado de colores cálidos, y tú, nervioso pero sonriente. Sin embargo, a medida que subíamos, tu sonrisa se desdibujaba y tus manos empezaron a temblar. Traté de calmarte con bromas y señalarte lo hermoso del paisaje, pero tus ojos ya no se fijaban en la vista, solo en el suelo que se alejaba cada vez más. Cuando el globo alcanzó su altura máxima, te aferraste al borde, pálido, murmurando que necesitabas bajar. La magia del momento se había desvanecido, y todo lo que quedaba era tu terror palpable. Al aterrizar, me miraste con una mezcla de disculpa y vergüenza, y ambos supimos, sin necesidad de palabras, que ese sería nuestro último vuelo juntos.
 
©Nuria de Espinosa

Cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo gatito, supe de tu alma sensible, no tuve que mirar en el fondo de tu mirada para desvelar el secreto de tu alma. Sobresalías de entre la gente, el rojo de tu chaleco despertaba sobre la oscura masa que se agolpaba sobre la inmensa sala. No me viste observarte porque tus ojos barrían una y otra vez aquél espacio en busca del felino. Fui yo la que se presentó ante ti con el mismo entre los brazos, no solo entregué lo que te pertenecía, también deposité junto a él mi corazón. 

©Auroratris

El fuego casi me alcanza; una y otra vez, cada noche, hasta que despierto de la pesadilla, en este lugar que es mi refugio, como el lugar en que me oculto, dejando que las personas que me importan crean que he muerto.
Es la impresión que tengo luego de entrar en esa casa, para rescatar a mi protegida y pariente lejana, la muy joven Anita Zinc.
 
Recuerdo esa noche, con todo detalle. Estaba junto a mi amada, Paula Lowell, deslumbrante a su manera. Tan seductora como bailarina exótica y tan brillante como Doctora en Astronomía. Ella hacía un seductor baile para mí, cuando escuchamos el revuelo en el barrio.
 
Había un incendio en la casa de Anita. Sin pensar en lo arriesgado, derribé una puerta y me metí entre en el fuego. Encontré a Anita, la cargué en mis brazos. Parecía que había llegado demasiado tarde, la respiración boca a boca no funcionaba. Entonces, recurrí a algo desesperado. Seguido por Paula, la llevé hasta la pileta de cemento, llena de agua. Y la arrojé adentro. Siendo ella lo que es, fue recuperándose.
Antes de que se diera cuenta, volví a la entrada de la casa. Donde estaban los vecinos, estaban Sol y Luz, las mejores amigas de Anita. Y estaba Azul Zaffino, la supuesta nueva amiga, en quien nunca confié, a pesar de su belleza adolescente.
 
No pude hacer nada por los padres de Anita, Laura Nio, la brillante física, y su esposo.
A partir de ese entonces, me convertí en el tutor de Anita Zinc, quien tendría que cargar con pérdidas y el lento descubrimiento de su secreto interior.
No fue fácil para mí. Pero tuve la ayuda de Luz y Sol. Como la de Paula, quien siempre se mantuvo a mi lado. Y se convirtió como en la hermana mayor de Anita. O en una amiga más.
 
Y pensar que tengo que dejarlas en la falsa creencia de mi muerte.
Trato de convencerme de que hay motivos que la exigen. Pero seguro que es un motivo más para tener esa implacable pesadilla recurrente.
 
©El Demiurgo deHurlinghan


Aquellos pájaros parecían indicarme el camino… Daban vueltas sobre mi cabeza haciendo tanto ruido que era imposible ignorarlos, no tuve más remedio que seguirlos para descubrir el porqué de ese extraño comportamiento.
 
Fui tras de ellos apurando el paso y mirando cada tanto al cielo, viendo cómo iban trazando una hilera en su vuelo que parecía un rastro que iban dejando para mí. Hasta que llegué al borde del acantilado y los pájaros no dejaban de chirriar y de dar vueltas en torno a mí.
 
Viendo el precipicio bajo mis pies comprendí lo que querían. Abrí mis brazos y cerré los ojos, sin pensarlo me lancé al vació. Al abrirlos volaba junto a aquellos pájaros negros.

 
©Dulce




31 comentarios:


  1. Aquellos pájaros parecían indicarme el camino…  aquel lugar parecía mágico, era un parque precioso lleno de niños que jugueteaban en los columpios. Allí me detuve. Por un instante, como por arte de magia, me olvidé quién era. Abrí bien los ojos respirando profundamente la belleza del entorno, tragándome la paz que me envolvía. Estaba feliz. De repente una paloma se posó en mi hombro, después se puso encima de la rueda. Quise capturar ese instante con mi cámara pero no me dió tiempo. ¡Voló! Al poco tiempo yo también me fui volando como a mi manera. En mi silla de ruedas...


    Me alegra leerte, mi querida Ginebra, espero que hayas pasado unas felices vacaciones.

    Un beso enorme.

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    1. Hola, mi querida María.
      Me han llegado tus comentarios. Los tengo moderados porque últimamente pululan por ahí algunos que no proceden. A ver si se cansan pronto...

      Muchas gracias por unirte al reto.
      Es precioso. Tierno y conmovedor. No hacen falta alas para volar... Todo reside dentro de uno.

      También espero que hayas pasado una bonitas vacaciones, preciosa.

      Bsoss y cariños enormes, y ¡muy feliz mes! 💙

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    2. Qué emotivo y profundo relato Mari, un abrazo

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    3. Muchas gracias Nuria.

      Un abrazo.

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  2. Aquel día dejó de importarme todo; tenía que huir… El tiempo corría a mi favor, cogí las llaves ocultas tras el cuadro de luz y salí lo más rápido, tenía que salir de esa institución, yo no estaba loco, todo fue una artimaña de mi familia.
    Ahora llego la hora de mi propia venganza, ya no tenía sentimientos hacia ninguno de ellos, me costó, pero conseguí quitarme esa culpa pagarían por todos estos años.
    Cada noche de insomnio, cada golpe recibido, cada lágrima derramada lo pagarían, aunque fuese mi último acto, hay cosas que jamás se pueden perdonar.
    Ellos fueron crueles, nunca entendieron que mi fortuna la disfrutaran, mi otra familia, la que realmente me quiso tal como era.
    Mi condición sexual les avergonzaba, por eso quisieron destruirme, ahora sería yo quien lo hiciera, pero no como ellos hicieron conmigo, sino de cara de frente, Ahora estaba preparado.

    PD. Un besito, gracias, por otro libro abierto, espero hacer todas las frases a ver si me da la cabeza y tiempo. Un besazo Ginebra.

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    1. Muy bueno. Cuánto se puede decir en un micro...
      Crudo, pero esperanzador.

      Gracias siempre a ti, preciosa Campi.

      ¡Bsoss enormes! 💙

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    2. Un relato Campirela duro y profundo sobre una realidad que no debería ser. Un abrazo

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  3. Cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo gatito, supe que el destino tenía un sentido del humor extraño. En medio de los trajes elegantes y los movimientos ensayados, tú eras una ráfaga de luz, desbordando una energía que rompía con la perfección artificial de la sala. Mientras los demás te miraban con sorpresa, yo no podía apartar los ojos de tu risa contagiosa, la manera en que ignorabas las miradas inquisitivas y seguías detrás del felino como si fuera lo único importante. Esa libertad, esa despreocupación, era lo que me faltaba. En ese momento, entendí que eras el desorden que mi vida cuidadosamente organizada necesitaba. Y sin pensarlo, empecé a seguirte también.

    P. D Gracias Ginebra por otro mes con tan interesantes propuestas . Un abrazo gigante desde el corazón.

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  4. Nuestra primera cita fue volar en globo; también fue la última al descubrir que tenías miedo a las alturas. Al principio, todo parecía perfecto: el suave balanceo del globo mientras ascendíamos, el horizonte pintado de colores cálidos, y tú, nervioso pero sonriente. Sin embargo, a medida que subíamos, tu sonrisa se desdibujaba y tus manos empezaron a temblar. Traté de calmarte con bromas y señalarte lo hermoso del paisaje, pero tus ojos ya no se fijaban en la vista, solo en el suelo que se alejaba cada vez más. Cuando el globo alcanzó su altura máxima, te aferraste al borde, pálido, murmurando que necesitabas bajar. La magia del momento se había desvanecido, y todo lo que quedaba era tu terror palpable. Al aterrizar, me miraste con una mezcla de disculpa y vergüenza, y ambos supimos, sin necesidad de palabras, que ese sería nuestro último vuelo juntos.

    Te dejo otro porque las frases son muy motivadoras. Gracias y un abrazo Ginebra

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    1. Qué maravilla, mi querida amiga 🥰
      Ambos muy buenos; y el primero, me ha cautivado... 😍

      Muchísimas gracias, preciosa.
      Es un verdadero placer contar con vuestras magníficas plumas, y, sobre todo y como siempre os digo, con las grandes personas que hay detrás 🙏😊

      ¡Abrazo enorme! 💙

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    2. Gracias a ti querida Ginebra que eres bella por dentro y por fuera amiga mía. Es un placer ser una más de plumas tan excelsas. Un abrazo gigante.

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  5. Cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo gatito, supe de tu alma sensible, no tuve que mirar en el fondo de tu mirada para desvelar el secreto de tu alma. Sobresalías de entre la gente, el rojo de tu chaquelo despertaba sobre la oscura masa que se agolpaba sobre la inmensa sala. No me viste observarte porque tus ojos barrían una y otra vez aquél espacio en busca del felino. Fui yo la que se presentó ante ti con el mismo entre los brazos, no solo entregué lo que te pertenecía, también deposité junto a él mi corazón.

    Mi querida Gine. Ya estoy aquí disfrutando de todo lo que nos ofreces esta vez. Gracias, amiga.

    Mil besitos llenos de cariño y muy feliz mes, bonica ♥

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    1. Ainss, mi preciosa Ana... Cuánta dulzura y belleza...
      Hay vínculos que se crean de pronto y nada más hace falta...

      Gracias por tan bonito aporte 🙏
      (Perdona el retraso; lo he visto hoy en spam)

      Bsoss y cariños enormes 🥰💙

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  6. Nuestra primera cita fue volar en globo; también fue la última al descubrir…
    Esa frase escrita en esa hoja de suicidio me daba mala espina, era todo tan extraño, aquel caso me traía de cabeza, no lograba entender como una mujer con toda la vida por delante se había quitado la vida y de esa manera.
    ¿Pero la nota, ahí había algo que no cuadraba?
    ¿Quién era su cita, que descubrió en él o ella, para dejar escrito que sería la última, y no llegar a poner los motivos.?
    Muchas interrogantes y poco tiempo, la víctima era la hija del gobernador, un caso muy peliagudo, se había infiltrado que esa tarde la vieron, en el Valle de Loira, montando en globo con el primer ministro, íntimo de su padre ...
    Podría seguir, pero lo dejamos aquí, ajajá que me enrollo más que las persianas jaaaa. Gracias, Ginebra muakkkkkk

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    1. Ayy, mi Campi... ¡¡Tendrías que escribir una novela!!
      Creas unas tramas buenísimas 👍👏👏
      Gracias, preciosaa 😘

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  7. El fuego casi me alcanza; una y otra vez, cada noche, hasta que despierto de la pesadilla, en este lugar que es mi refugio, como el lugar en que me oculto, dejando que las personas que me importan crean que he muerto.
    Es la impresión que tengo luego de entrar en esa casa, para rescatar a mi protegida y pariente lejana, la muy joven Anita Zinc.

    Recuerdo esa noche, con todo detalle. Estaba mi junto a mi amada, Paula Lowell, deslumbrante a su manera. Tan seductora como bailarina exótica y tan brillante como Doctora en Astronomía. Ella hacía un seductor baile para mí, cuando escuchamos el revuelo en el barrio.

    Había un incendio en la casa de Anita. Sin pensar en lo arriesgado, derribé una puerta y me metí entre en el fuego. Encontré a Anita, la cargué en mis brazos. Parecía que había llegado demasiado tarde, la respiración boca a boca no funcionaba. Entonces, recurrí a algo desesperado. Seguido por Paula, la llevé hasta la pileta de cemento, llema de agua. Y la arrojé adentro. Siendo ella lo que es, fue recuperándose.
    Antes de que se diera cuenta, volví a la entrada de la casa. Donde estaban los vecinos, estaban Sol y Luz, las mejores amigas de Anita. Y estaba Azul Zaffino, la supuesta nueva amiga, en quien nunca confié, a pesar de su belleza adolescente.

    No pude hacer nada por los padres de Anita, Laura Nio, la brillante física, y su esposo.
    A partir de ese entonces, me convertí en el tutor de Anita Zinc, quien tendría que cargar con pérdidas y el lento descubrimiento de su secreto interior.
    No fue fácil para mí. Pero tuve la ayuda de Luz y Sol. Como la de Paula, quien siempre se mantuvo a mi lado. Y se convirtió como en la hermana mayor de Anita. O en una amiga más.

    Y pensar que les tengo que dejarlas en la falsa creencia de mi muerte.
    Trato de convencerme de que hay motivos que la exigen. Pero seguro que es un motivo más para tener esa implacable pesadilla recurrente.


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    1. Trepidante y emotivo. Me ha conmovido la imagen en la que derriba la puerta y carga a Anita en sus brazos.
      Experiencias que, sin duda, generan una secuela en el tiempo, en este caso, como pesadilla recurrente.
      Suelen sanar si se exteriorizan, pero él tendría que soportar el peso del silencio y ocultar la verdad.

      Muy bueno. Y con el ingrediente del misterio y la desconfianza de la supuesta nueva amiga, Azul Zaffino; quizá causante del incendio... Todo cabe en la imaginación.

      Me ha encantado, querido amigo.
      Muchísimas gracias.

      Un abrazo grande 💙

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    2. Magnífico aporte Demiurgo, una pesadilla recurrente. Muy bueno. Abrazos

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  8. Seguimos, mi querida Ginebra, aquí te dejo otro micro...

    Nunca imaginé el precio que pagaría por volar tan alto… llegué a rozar el cielo... y hoy estoy tocando el suelo del abismo... llegué a creerme sus palabras envueltas en la mentira... me hizo sentir ser su reina en noches orgasmadas... y ahora estoy sufriendo el duelo de aquel amor loco y apasionado... roto el corazón en mil pedazos... y la piel marcada en el engaño...


    Besos enormes.

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    1. Muy bien resuelta la frase, mi querida María.
      Amores que hacen volar muy alto sumidos en una pasión que enloquece, y en una ceguera ante el engaño que, a veces, hay tras esos altos vuelos.
      Heridas que dejan cicatriz...

      ¡Gracias, preciosa! ✍️👏
      Abrazo enorme 💙

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  9. Ainss, que maravilla de aportes están dejando, es un placer pasar y leeros. Un abrazo a todos.

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    1. Sois todos maravillosos y vuestras plumas magníficas 🥰
      Un abrazo grande 💙

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  10. Cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo gatito, supe que eras tú el que cada noche venía a mi ventana y con picardía dejabas un poema sujeto con una piedra para que este no volara en la madrugada, siempre era el mismo papel, el mismo que aquel día vi asomar de tu bolsillo cuando corrías tras ese pequeño minino.
    Al día siguiente te vi a la orilla del río, te sonreí y tú te sonrojaste. Solo al cruzarme contigo te miré a los ojos y te dije…
    "El color de tu mirada es el mejor poema de la mañana"
    Besos muchossssssss.



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    1. ¡Pero qué preciosidad! 🥰
      Tan fresco y romántico...
      ¡Me encanta, mi querida Campi!
      Graciass 🙏

      Bsoss enormess 💙

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  11. Aquellos pájaros parecían indicarme el camino… Daban vueltas sobre mi cabeza haciendo tanto ruido que era imposible ignorarlos, no tuve más remedio que seguirlos para descubrir el por qué de ese extraño comportamiento.

    Fui tras de ellos apurando el paso y mirando cada tanto al cielo, viendo cómo iban trazando una hilera en su vuelo que parecía un rastro que iban dejando para mí. Hasta que llegue al borde del acantilado y los pájaros no dejaban de chirriar y de dar vueltas en torno a mí.

    Viendo el precipicio bajo mis pies comprendí lo que querían. Abrí mis brazos y cerré los ojos, sin pensarlo me lancé al vació. Al abrirlos volaba junto a aquellos pájaros negros.

    Besos dulcemente cariñosos Mi Guerrera.

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    1. Tremendo, a la vez que hermoso y significativo.
      Qué buen aporte, mi querido Dulce...
      No deja indeferente...

      Muchísimas gracias 🙏
      Bsoss y cariños enormes 💙

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  12. Aquel día dejó de importarme todo; tenía que huir.
    Cuando me entere de que fui una niña adoptada comprendí el porqué de ese desprecio de los que creía que eran mi familia, nada tenía en común, no era solo la sangre, era la forma de mirarme nunca me vio como su hija sino como un trozo de carne que debía alimentar sin obtener beneficio de él.
    Nunca imaginé el precio que pagaría por volar tan alto, cuando hui de esa casa, que era una jaula dorada, sin cariño, aunque mi libertad me costó más de un disgusto.
    Aquellos pájaros parecían indicarme el camino, y en mi corta experiencia de la vida los seguí, aprendí en un libro que cuando veas una bandada de pájaros hay que seguirlos ellos son símbolo de libertad y abundancia, así lo hice hasta llegar a un pajar solitario donde me refugio del frío de la noche.
    El fuego casi me alcanza; una y otra vez, cada noche, hasta que despierto de la pesadilla, durante el tiempo que estuve allí, mis pesadillas siempre eran las mismas, una gran llama me acercaba, sin llegar a quemarme, pero la angustia era horrorosa.
    Una noche alguien se acercó al lugar era un chico más o menos de mi edad, estuvimos charlando, le conté mi vida y él me contó la suya, y así surgió algo bonito entre los dos.
    Nuestra primera cita fue volar en globo; también fue la última al descubrir, qué se había escapado de un reformatorio y le estaba buscando, pues no tenía aún los dieciocho años, aquello me dejo hundida.
    Decide seguir mi camino y llegar a la ciudad, allí conseguirá trabajo y comenzaría a vivir una nueva vida.
    Me salió trabajo en una discoteca, de relaciones públicas no era mucho el sueldo, solo eran dos días a la semana el resto lo empleaba cuidando a personas mayores, y por las tardes iba a estudiar, quería aprender a coser, pues no se me daba mal y era un futuro prometedor.
    Aquella tarde de verano, cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo, perrito, vi en ti a mi alma gemela, nos miramos y me hiciste un gesto con el dedo, de que no dijera nada, sino el encargado te echaría del recinto a ti y tu linda mascota.
    Fue el comienzo de una posible amistad.

    Gracias, Ginebra por tu tesón y dedicación a este apartado que es un antro de de tranquilidad y relajación.
    Besos y cariñitos.

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    1. ¡Pero bueno!... Estás hecha una artista, mi querida Campi.
      Tu ingenio es maravilloso. Has ido enlazando todas las frases, y has creado un magnífico relato.
      Gracias y mil veces gracias 🙏

      Me hace muy feliz tu sentimiento hacia este rinconcito. Bien sabes que la idea fue tuya... 😉

      Bsoss y cariños enormes, preciosa 💙

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    2. Magnífico Campirela, que bien introduciste las frases dándole sentido al texto. Me encantó. Un abrazo

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  13. Y quiero agradeceros a todos y cada uno, como siempre, vuestra bonita y valiosa compañía en estos retos que son de todos.

    Sois un cielo; y os estoy infinitamente agradecida.
    Un verdadero placer, chicos 🙏

    Abrazos enormes 💙

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