Josefine solía tener una gran intuición, y, a pesar de sus veintidós años, ya había experimentado que, esta, no solía equivocarse. Esta vez, algo le decía que en el interior de aquella enorme casa en lo alto de la montaña, encontraría los motivos de esos juicios que creía equivocados, además de descubrir el porqué de esa extraña atracción que sentía hacia él…
Porque el
efecto hipnótico ya estaba instalándose en ella. Su parte racional le avisaba
de los peligros y esta misma luchaba insistentemente con su otra parte, esa que
empujaba a sus pies hasta situarse frente a la puerta de aquella casa y a su
dedo índice a pulsar el timbre. El sonido la despertó de su ensimismamiento,
miró a su alrededor sin recordar cómo había llegado hasta allí...
... Hasta
aquella alcoba con las paredes pintadas de color rojo carmesí, donde había una
cama alborotada, y dentro estaba ella, con los pies enredados entre las sábanas
arrugadas, y los pelos alborotados, mirándole fijamente a él, que estaba
dormido roncando plácidamente...
No sabía cómo
había llegado hasta allí, pero no la importaba porque se sentía feliz y dichosa
abrazando dulcemente la felicidad...
Contempló su
pausada respiración, de niño abandonado al placer. Miraba esa suavidad de su
piel, confiada, expuesta dulcemente, que horas antes había acariciado con lento
éxtasis.
Estaba tan
eufórica, tan pletórica de nuevas ilusiones, que abrazó la gran almohada con
todas sus fuerzas, reprimiendo sus deseos de abrazarlo a él, para no
despertarlo. Entonces, bajo esa misma almohada notó algo frío, como un brusco
pinchazo doloroso. Sacó la mano. Le sangraba. Cayeron lunares rojos por las
sábanas. El cuchillo resplandecía bajo el almohadón como una escolopendra bajo
una piedra.
Ver tanta
sangre en su mano le hizo sobresaltarse y al mismo tiempo abrió los ojos.
Exhaló aliviada y mirando su mano por ambos lados, luego la almohada y
finalmente a él a su lado aún dormido. Solo había sido una pesadilla, tal vez
los comentarios oídos durante tanto tiempo ahora le jugaban una mala pasada.
No quiso despertarlo aún, lo contempló como quien
contempla lo más deseado. Tras recuperar la calma se levantó. Fue hacia el baño
y se observó en el espejo mientras se peinaba su largo cabello, hasta que notó
algo en su cuello...
... Eran los
dientes clavados como cuchillos afilados en su cuello, sintiendo un profundo
dolor, tocándose el cuello manchándose las manos de sangre.
Su visión
comenzó a enturbiarse. Sus ojos envueltos en neblina pudieron ver desde el
espejo que, tras ella, había un vampiro con una capa negra enseñando sus
dientes afilados ensangrentados.
No podía
mirar para atrás. Tenía mucho miedo y ya no le quedaban fuerzas. Tan solo
quería gritar pero su voz se había enmudecido.
Sentía que
su cuerpo iba a desfallecer de un momento a otro hasta que...
¡¡¡Plof!!!
se desplomó en el suelo...
El vampiro
arrastró su cuerpo para sacarlo de allí, con la intención de meterlo en el
maletero del coche, para tirarlo por el río...
En el mismo
instante que el vampiro iba a recoger a la dulce Josefine del suelo, esta abrió
sus ojos color miel y una sonrisa salió de su boca.
La idea de
arrojarla al río se desvaneció en ese momento, algo había ocurrido al ver sus
pupilas brillar, hacía siglos que él no sentía nada parecido hacia una humana.
La cogió en
sus brazos y la llevó a la cama, la tendió y arropó, cuando ella iba a decir algo,
él la hizo un gesto con su mano indicando que no hablara que estaba cansada y
debía dormir un rato.
Cayó en un
sueño profundo, así durante más de tres horas, cuando despertó no oyó ruido
alguno, el silencio era absoluto si no fuera por un sonido melancólico que
venía de alguna habitación de la parte inferior de la casa. Se levantó, se arregló
su larga melena y bajó las escaleras. Al fondo estaba ese hombre enigmático
tocando el piano, a su lado un pequeño gato hacía las delicias de una bella
estampa.
Se acercó a él y le rodeó por el cuello, la melodía seguía
sonando según nacía de sus dedos sobre las teclas. El gato que parecía entender
todo, los dejó, fue cuando él dejó de tocar el piano y se giró hacia ella para
mirarla a los ojos, puso sus manos en su cintura y le dijo: "Has sido muy
valiente en llegar hasta aquí e ignorar los rumores de la gente, pero bien
sabes de que ya no podrás irte de mi lado".
Ella le sonrío y luego dijo: "Es que ya no quiero irme
de tu lado" Justo al terminar la frase lo besó profundamente dejando caer
su camisón, él la levantó en sus brazos y la recostó sobre el piano. Besó su
piel cada vez más pálida e hincó sus colmillos haciéndola estremecer. Josefine
arqueó su cuerpo al sentirlo, completamente subyugada se dejó en sus manos,
para darle su cuerpo y alma.
El tiempo
pasó y la felicidad era absoluta, a veces a Josefine le invadía un halo de
melancolía, él era consciente de que algo pasaba, pero no lograba ver en su
interior qué era, tenía sus miedos, tal vez ella se había cansado de él y de su
vida en esa inmensa casa alejada de todo ser viviente.
Una noche
tumbados sobre cojines al lado de la chimenea la rodeó con sus fuertes brazos y
susurrándole al oído…
—¿Qué te
ocurre mi amor?, ¿añoras tu vida anterior? Tal vez desees marcharte de mi lado.
Ella le
cogió la cara con sus delicadas manos y le sonrió, y mirándole a esos ojos
penetrantes le dijo:
—Jamás he
sido tan feliz, te amo y mi vida está aquí contigo.
—Entonces, ¿qué
te pasa?, te veo extraña y no llego a entrar en tu mente, es como que hay algo
que me lo impide.
Josefine cogió sus manos y se las llevó a su vientre...
—¡No, sí! es
un milagro, pero aquí está el resultado de nuestras noches de amor y pasión.
Llevaba días sintiéndose vulnerable, soñaba conversaciones
escuchadas en el pueblo sobre la casa y su morador, sueños que la despertaban
angustiada y sudorosa. No le dijo nada a él, seguro que se debía a su estado de
buena esperanza, como le escuchaba decir a los mayores.
Aquella noche estaba sola, él tenía que ausentarse hasta el
día siguiente, la llenó de besos y caricias y se sintió la mujer más feliz del
mundo. Era tarde, muy tarde. Alguien tocó insistentemente a la puerta,
extrañada bajó las escaleras del primer piso y preguntó:
—¿Quién es? —Nadie contestó…
Al otro lado de la puerta alguien respiraba agitadamente.
—¿Quién está ahí? —Esta vez su voz tembló.
Por un momento pensó que algo le podía pasar a su amor y
abrió la puerta de golpe, no había nadie, sólo una ráfaga de viento entró en la
estancia gélida como el hielo, se le descompuso la cara y sus ojos se llenaron
de terror, sintió cómo una mano fuerte la asió por la garganta apretando hasta
quedar sin respiración.
Empezó a no sentir las piernas y su cuerpo se volvió pesado
hasta caer de bruces al suelo. Antes de perder la consciencia recordó unas
palabras de boca de él… nunca hay que abrir la puerta en noches de tinieblas.
Al despertar estaba en la cama, se sintió algo mareada y al tratar de recordar qué le había sucedido solo visualizó un rostro borroso que se diluía cuando ella se desmayaba. Todo estaba en silencio en la casa, un silencio inquietante. Fue cuando escuchó el carruaje aproximarse, se levantó y se acercó a la ventana...
Vio los
imponentes corceles negros que tiraban del carruaje, y al misterioso cochero
del cual apenas podía vislumbrar su rostro. En ese momento se abrió la puerta y
descendió Él, con su sombrero alto y la capa negra que lo cubría. Levantó la
mira y le sonrió levemente a Josefine, ella le hizo un gesto con la mano al
mismo tiempo que sentía latir su corazón más apresurado, como si algún tipo de
conexión los uniera más.
Se sentó en
la cama a esperar que subiera...
Una vez que
subió la larga escalinata, este estaba cansado y dolorido por el largo viaje en
barco, puesto que se pasó el mayor tiempo del día recluido en su prisión que
era su ataúd.
Y de noche,
al amparo de la noche y la luna llena, salía y se alimentaba de algún tipo de
animal, ya fuese una cabra o una gallina.
Él la miró y
le dijo:
—¡Cariño, me
temo que esta noche, no habrá arrumacos! Así que apaga la luz y vamos a dormir.
Sin embargo
Josefine ya sabía que un vampiro no duerme por la noche, así es que no creyó en
esa excusa, por otra parte, ella misma ya sentía el ansia por sentir sangre
cálida corriendo por sus venas. Casi podía olerla a kilómetros.
Entre
pesadillas se despertó a media noche y vio que Vlad no yacía en la cama como
suponía. Recordó las historias que se contaban en el pueblo acerca de aquel ser
que por las noches se dejaba ver en los aposentos de mujeres. Por lo que supuso
que él había vuelto a la cacería.
Casi sin
fuerzas se arregló su vaporosa cabellera, se cubrió con una capa oscura y
decidió salir de la casa por vez primera desde que había llegado...
Deseó no
sentirse tan débil, claro que alimentar a un vampiro, entregar sangre, tenía
sus consecuencias, como esa languidez que sentía.
Sabía que él
necesitaba de la sangre, que era la vida en su no muerte, que seguramente
preferiría alimentarse de mujeres, preferentemente bellas.
Se las
imaginó flotando en el río, dentro de una maleta.
Tal vez
debería detenerlo, evitar ese acto tan drástico.
Aunque deseó
no haber escuchado esas historias, sobre ese vampiro legendario y sus tres
amantes. ¿Cómo sería compartirlo con otras dos mujeres?
La sola idea
de verle yacer con dos mujeres más, la martirizaba, ella esperaba un hijo de él,
su amor era eterno pero sus celos la mantenían viva y expectante, ella sabía
que él la amaba, pero tenía que preguntarle por qué yacía con otras mujeres.
Esa noche en
silencio de las calles desiertas caminaba sin rumbo fijo, sentía dentro de ella
a su bebé, se agitaba, era como un mal presagio, no debió haber salido. Al
cruzare con la taberna del pueblo oyó algarabía de risas de hombres y mujeres,
parecían borrachos y demasiado alegres.
Aceleró el
paso pero fue inútil, cuando se quiso dar cuenta alguien por detrás la tapó la
boca y con una fuerza letal la metió en un carruaje en marcha. Cuando despertó
estaba en una celda, su cuerpo posaba en un camastro mugriento y solo había una
ventana, esta con barrotes.
Vlad, antes
de que amaneciera, regresó al lado de su amada, pero ella no estaba, su mente
se perdía entre laberintos para poder visualizarla, algo estaba ocurriendo,
apenas tenía conexión con Josefine.
Vlad sintió una presencia, que reconoció inmediatamente. Se
dio vuelta con furia, atrapando a una bella vampira.
—¡Carmilla! ¿Qué hiciste, maldita?
Sí, la misma vampira que seducía a jóvenes mujeres, con la
promesa de compartir una eternidad, con una oscura pero intensa pasión.
—Tranquilo, impetuoso Vlad. Yo no le hice nada a tu Josefine.
Vi que la raptaron.
—¿Por qué no lo impediste?
—No soy la misma desde esa historia en Estiria. No me atrevo
con los cazadores de... de lo que somos. Pero los seguí.
—Vas a guiarme.
—Puede ser una trampa para cazarte. ¿No preferirías buscar
unas damiselas conmigo?
Vlad la miró con furia.
—¿Qué se hizo del vampiro que arrojaba cuerpos al río?
—¿Qué
pretendes, atormentarme? Ella es mi eternidad, la necesito, tú no puedes
entender el amor que siento por ella, va más allá del deseo y el placer,
necesito tenerla conmigo.
Carmilla lo
miró con esos ojos sangrientos y por primera vez en su existencia sintió
envidia del sentimiento que ella era incapaz de sentir.
—Dejemos de
divagar, pon tu mente a trabajar y entre los dos visualicemos dónde puede estar
Josefine, aunque sea una trampa. Para poder casarme debo ir a su recate, ella está
esperando un hijo y esas bestias son capaces de cualquier cosa.
Entre las
tinieblas ambos sincronizados olieron que los cazadores se encontraban cerca,
había un refugio donde los de su clase se mantenían a salvo de sus enemigos.
Vlad volvió
a sentir una inquietud, de pronto olió el aroma de su amada, era elixir para
él, bajó del carruaje, estaba seguro que ella no estaba lejos, oía el tic tac
de dos corazones.
La Muerta
Enamorada, curioso nombre que tenía el lugar entre los hijos de la noche.
—Una vez
creí sentir lo mismo por una mujer —dijo Carmilla— Pero conocían demasiado mi
fama. Y ya te conté lo que pasó.
—Fuiste muy
descuidada.
—Eso es lo
que nos hace el amor. ¿Por qué les gusta tanto a los humanos?
—El amor es
como la sangre para los humanos, no pueden vivir sin probar de su sabor. Y
Josefine me ha dado de probar de ese sabor que ya creía olvidado, no puedo
renunciar a la oscuridad, pero tampoco renunciaré a quien me hace sentir vivo
otra vez.
Fue cuando
Vlad se esfumó ante los ojos de Carmilla y esta se dio cuenta de que aún latía
vida en ellos, aunque no fuese como la de los humanos.
Carmilla
farfulló algo, giró sobre sí misma y, como un rumo, se coló entre las sombras.
«Los vampiros no tienen alma», se decía constantemente, «solo entendemos de
satisfacernos de carne y placer». Ella iría en busca de alguna damisela a la
que cortejar y a la que chupar la sangre mientras dejaba que Vlad se enfrentara
a los cazadores y a ese nuevo instinto que había nacido en él.
Dos
corazones tenían la culpa y un alma, la suya, que había empezado a susurrarle
los secretos de la vida, esa otra vida que no pendía de la oscuridad sino que
tenía nombre de mujer y que había atrapado la suya con una fuerza que no
lograba comprender pero que le hacía convertirse ahora en un salvaje, sin
medida, sin contemplaciones...
Los cazadores
cayeron uno a uno. No perdió tiempo en morderles, en extraerles la sangre. Un
silbido de espada y las cabezas rodaban por el suelo dejando un reguero de sangre.
Encontró a
Josefine.
Estaba
pálida y con un halo de vida. «Salvajes...», gritó, tomándola en brazos. Se
mordió la muñeca, ahí donde más latía la sangre, y dejó discurrir un pequeño
hilo entre los labios de su amada...
Cuando el
calor del líquido rojo llegó a sus labios abrió los ojos y una lágrima salió de
ellos.
Vlad, la
cogió entre sus brazos y con el último esfuerzo que le quedaba logró llegar a
su morada, la dejó en la cama cubriendo(la) con la colcha para que entrara en
calor. Él con toda su furia en sus ojos dio un grito gutural, llamó a Carmilla
y esta se hizo presente al instante.
—Escúchame
bien lo que tengo que decirte, tengo salir a por comida, estoy agotado y tengo
que alimentarme para poder afrontar lo que nos espera, será una guerra a muerte
con esos salvajes, solo te pido una cosa, que te quedes al cuidado de Josefine,
no la dejes sola, ella de momento la alimenté pero cuando despierte estará
hambrienta...
Mientras en
otra parte de la ciudad, la masacre de cazadores produjo produzco un revuelo en
ciertos círculos.
—Ya dije que
no debíamos enfurecer a ese vampiro. Y no me escucharon.
—Las
decisiones las tomo yo —dijo el que tenía más autoridad—. Y por creerte un Van
Hellsing, se produjo esta catastrofe.
—Bien, perdimos
a los más débiles. Un gran contratiempo. Pero medimos la fuerza de un enemigo.
Y sabemos que tiene una debilidad.
Josefine
despertó, creyó que todo había sido una pesadilla, que nunca había salido de
casa. O que Vlad la había traído de regreso.
Pero se
sentía más débil que antes, lo que le molestaba. Y vio a esa mujer, que
indudablemente era una vampira.
—¿Vlad sigue
con lo de tener tres novias para él? ¿Te trajo y fue a buscar a la tercera?
—Tranquila,
Josephine. Soy una amiga, si es que nuestra gente conoce la amistad. Estaría
más interesada en tu persona, pero no me atrevería a meterme con su amada.
Josephine
suspiró.
—Y tu nombre
es...
—Carmila.
—¿Carmila?
¿Cómo la historia de Sheridan Le Fanu?
La vampira
contuvo su mal humor.
—Un gran
escritor que no contó toda la verdad. Estoy acá para protegerte. Y para
alimentarte si hace falta.
*
Cada vez que lo veía no podía evitar estudiarlo con la mirada, y cuando él fijaba la suya en ella, prontamente trataba de disimular para no ser descubierta. Aunque tal vez, ya era demasiado tarde...
ResponderEliminarPorque el efecto hipnótico ya estaba instalándose en ella. Su parte racional le avisaba de los peligros y esta misma luchaba insistentemente con su otra parte, esa que empujaba a sus pies hasta situarse frente la puerta de aquella casa y a su dedo índice a pulsar el timbre. El sonido la despertó de su ensimismamiento, miró a su alrededor sin recordar cómo había llegado hasta allí...
ResponderEliminarMil besitos, guapísima y muy feliz inicio de semana ♥
Más para ti, preciosísima...
EliminarGracias, y muy feliz semana!💙
..Hasta aquella alcoba con las paredes pintadas de color rojo carmesí, dónde había una cama alborotada, y dentro estaba ella, con los pies enredados entre las sábanas arrugadas, y los pelos alborotados, mirándole fijamente a él, que estaba dormido roncando plácidamente...
ResponderEliminarNo sabía como había llegado hasta allí, pero no la importaba porque se sentía feliz y dichosa abrazando dulcemente la felicidad...
Contempló su pausada respiración, de niño abandonado al placer. Miraba esa suavidad de su piel, confiada, expuesta dulcemente, que horas antes había acariciado con lento éxtasis.
ResponderEliminarEstaba tan eufórica, tan pletórica de nuevas ilusiones, que abrazó la gran almohada con todas sus fuerzas, reprimiendo sus deseos de abrazarlo a él, para no despertarlo. Entonces, bajo esa misma almohada notó algo frío, como un brusco pinchazo doloroso. Saco la mano. Le sangraba. Cayeron lunares rojos por las sábanas. El cuchillo resplandecía bajo el almohadón como una escalopendra bajo una piedra.
Ala, ahí queda, ja, ja.
EliminarGracias Ginebra. Es una historia que promete.
Un abrazo :)
😄👍 Gracias a ti, preciosa!
EliminarAbrazo gigante, y feliz semana!💙
Bueno ya no anoté nada pero debo decir que tú escrito es fabuloso. No me esperaba ese final
ResponderEliminarTe dejo un beso
Hola, Jova! No es el final, acabamos de comenzar; está vigente durante todo el mes. Así que si lo deseas, puedes continuar por donde lo dejó nuestra amiga Volarela 😉
EliminarBsoss y gracias! 💙
Ver tanta sangre en su mano le hizo sobresaltarse y al mismo tiempo abrió los ojos. Exhaló aliviada y mirando su mano por ambos lados, luego la almohada y finalmente a él a su lado aún dormido. Solo había sido una pesadilla, tal vez los comentarios oídos durante tanto tiempo ahora le jugaban una mala pasada.
ResponderEliminarNo quiso despertarlo aún, lo contempló como quien contempla lo más deseado. Tras recuperar la se levantó. Fue hacia el baño y se observó en el espejo mientras se peinaba su largo cabello, hasta que notó algo en su cuello....
Tras recuperar la calma...
Eliminar(me comí una palabra) :)
👍 ... Esto se pone interesante... 🤓
Eliminar... Eran los dientes clavados como cuchillos afilados en su cuello, sintiendo un profundo dolor, tocándose el cuello manchándose las manos de sangre.
ResponderEliminarSu visión comenzó a enturbiarse. Sus ojos envueltos en neblina pudieron ver desde el espejo que, tras ella, había un vampiro con una capa negra enseñando sus dientes afilados ensangrentados.
No podía mirar para atrás. Tenía mucho miedo y ya no la quedaban fuerzas. Tan solo quería gritar pero su voz se había enmudecido.
Sentía que su cuerpo iba a desfallecer de un momento a otro hasta que...
¡¡¡Plof!!! se desplomó en suelo...
El vampiro arrastró su cuerpo para sacarle de allí, con la intención de meterle en el maletero del coche, para tirarla por el río...
Perdón, quise decir:
Eliminar¡¡¡Plof!!! se desplomó en el suelo...
Y aprovecho para corregir lo que puse en mi otro comentario, son tres puntos y separado:
... Hasta aquella alcoba
Un placer participar en tus interesantes iniciativas, mi querida Ginebra.
Besos enormes y feliz tarde.
El placer mío, preciosa.
EliminarCrece la intriga...
Gracias!
Estoy viendo otro error, mil perdones, esto es lo que tienen las cosas del directo.
EliminarTirarla no. Es "tirarle" por el río...
Más besos, preciosa.
En realidad pueden ser varias cosas. Si te refieres al cuerpo, cabría decir “tirarlo”, con lo que tendrías que cambiar todas las formas verbales:
Eliminar“El vampiro arrastró su cuerpo para sacarlo de allí, con la intención de meterlo en el maletero del coche, para tirarlo por el río...”
Y si te refieras a “ella”, podrías utilizar ambos términos: “tirarle” o “tirarla”, aunque desde mi punto de vista, veo más aconsejable "tirarla" (cambiando igualmente todas las formas)
Tú me dices cómo lo dejamos 😉
Y nada que perdonar, preciosa.
refieres*
EliminarTambién cambiaría "y ya no (la) quedaban fuerzas" por "y ya no (le) quedaban fuerzas"
Lo que tú me digas...
Ponlo como tú creas, te lo dejo a tu elección, mi querida Ginebra. Y para próximas veces, tienes mi permiso, cuando veas más errores, de corregirlos.
EliminarMil gracias.
Muackssss!!!
Soy yo la que tengo que darte las gracias, mi querida María. Sin vuestra complicidad y compañía, todo esto y tantos otros espacios de letras, no serían posibles.
EliminarBsoss y cariños enormes, y muy feliz noche, preciosa! 💙
En el mismo instante que el vampiro iba a recoger a la dulce Josefine del suelo, esta abrió sus ojos color miel y una sonrisa salió de su boca.
ResponderEliminarLa idea de arrojarla al río se desvaneció en ese momento, algo había ocurrido a ver sus pupilas brillar, hacia siglos que él no sentí nada parecido hacia una humana.
La cogió en sus brazos y la llevó a la cama, la tendió y arropo, cuando ella iba a decir algo, él la hizo un gesto con su mano indicando que no hablara que estaba cansada y debía dormir un rato.
Cayó en un sueño profundo así durante más de tres horas, cuando despertó no oyó ruido alguno, el silencio era absoluto si fuera por un sonido melancólico que venía de alguna habitación de la parte inferior de la caas.Se levanto se arreglo su larga melena y bajó las escaleras. Al fondo estaba ese hombre enigmático tocando el piano a su lado un pequeño gato hacia las delicias de una bella estampa.
Mi querida Ginebra vamo a ver que conseguimos, una cosita linda tienes plena libertad para quitar, poner y puntos y comas y letras como mejor y más bonito quede muakkkkkkk. Que lindo esta todo ajjaja estoy super contenta de estas iniciativas muak.
Tú fuiste la que me impulsó a hacerlo! 😉
Eliminar(No, no... solo tildes y cosillas que se nos escapan; a veces nuestra mente va más deprisa que nuestros dedos...)
Gracias sinceras por todo, preciosa.
Esto ha dado un giro! 🤓
Muackssss 💙
Se acercó a él y le rodeó por el cuello, la melodía seguía sonando según nacía de sus dedos sobre las teclas. El gato que parecía entender todo, los dejó, fue cuando él dejó de tocar el piano y se giró hacia ella para mirarla a los ojos, puso sus manos en su cintura y le dijo: "Has sido muy valiente en llegar hasta aquí e ignorar los rumores de la gente, pero bien sabes de que ya no podrás irte de mi lado".
ResponderEliminarElla le sonrío y luego dijo: "Es que ya no quiero irme de tu lado" Justo al terminar la frase lo besó profundamente dejando caer su camisón, él la levantó en sus brazos y la recostó sobre el piano. Besó su piel cada vez más pálida e hincó sus colmillos haciéndola estremecer. Josefine arqueó su cuerpo al sentirlo, completamente subyugada se dejó en sus manos, para darle su cuerpo y alma.
El tiempo pasó y la felicidad era absoluta, a veces Josefine le invadía un halo de melancolía, él era consciente que algo pasaba, pero no lograba ver en su interior que era, tenía sus miedos tal vez ella se había cansado de él y de su vida en esa inmensa casa alejada de todo ser viviente.
ResponderEliminarUna noche tumbados sobre cojines al lado de la chimenea la rodeo con sus fuertes brazos y susurrandole al oido .¿Que te ocurre mi amor? añoras tu vida anterior tal vez desees marcharte de mi lado.
Ella le cogió la cara con sus delicadas manos y le sonrió y mirándole a esos ojos penetrantes le dijo.
Jamás he sido tan feliz, te amo y mi vida está aquí contigo .
Entonces qué te pasa, te veo extraño y no llego a entrar en tu mente es como que hay algo que me lo impide.
Josefine, cogió sus manos se las llevó a su vientre ...
¡No, si! es un milagro pero aqui esta el resultado de nuestras noches de amor y pasión.
Llevaba días sintiéndose vulnerable, soñaba conversaciones escuchadas en el pueblo sobre la casa y su morador, sueños que la despertaban angustiada y sudorosa. No le dijo nada a el, seguro que se debía a su estado de buena esperanza, como le escuchaba decir a los mayores.
ResponderEliminarAquella noche estaba sola, el tenía que ausentarse hasta el día siguiente, la lleno de besos y caricias y se sintió la mujer más feliz del mundo. Era tarde muy tarde alguien toco insistentemente a la puerta, extrañada bajo las escaleras del primer piso y preguntó:
_ ¿Quién es?
Nadie contestó…
Al otro lado de la puerta alguien respiraba agitadamente.
_ ¿Quién está ahí?
Esta vez su voz tembló.
Por un momento pensó que algo le podía pasar a su amor y abrió la puerta de golpe, no había nadie, sólo una ráfaga de viento entró en la estancia gélida como el hielo, se le descompuso la cara y sus ojos se llenaron de terror, sintió cómo una mano fuerte la asió por la garganta apretando hasta quedar sin respiración.
Empezó a no sentir las piernas y su cuerpo se volvió pesado hasta caer de bruces al suelo. Antes de perder la consciencia recordó unas palabras de boca de el… nunca hay que abrir la puerta en noches de tinieblas.
Todas las aportaciones son fabulosas. Aquí dejo mi granito de arena, que espero se pueda hilvanar. Ginebra cambia lo que haga falta. Besos
ResponderEliminarGracias, preciosa! Buen empuje 👍😉💙
EliminarAl despertar estaba en la cama, se sintió algo mareada y al tratar de recordad qué le había sucedido solo visualizó un rostro borroso que se diluía cuando ella se desmayaba. Todo estaba en silencio en la casa, un silencio inquietante. Fue cuando escuchó el carruaje aproximarse, se levantó y se acercó a la ventana...
ResponderEliminarUn beso o dos,mi querida Ginebra.
ResponderEliminarHola, preciosísima!! Qué alegría saberte 😀 Espero que estés bien! Muchos Bsoss y cariñosss, y cuídate mucho!! 🤗💙
EliminarPermíteme saludar a Morgana y sumarme a tus deseos para ella.
EliminarBesos dulces para ambas.
Por supuesto. Es vuestra casa, queridos amigos...
EliminarMás Bsoss y cariños 💙💙
Mis besos y abrazos para ambos....
EliminarCuidaros un mundo
Y tú!... 😊🤗😘
EliminarVio los imponentes córceles negros que tiraban del carruaje, y al misterioso cochero del cual apenas podía vislumbrar su rostro. En ese momento se abrió la puerta y descendió Él, con su sombrero alto y la capa negra que lo cubría. Levantó la mira ay le sonrío levemente a Josefine, ella le hizo un gesto con la mano al mismo tiempo que sentía latir su corazón más apresurado, como si algún tipo de conexión los uniera más.
ResponderEliminarSe sentó en la cama a esperar que subiera....
Buenísimo Ginebra, un cuento bellísimo y muy bien hilvanado por las diferentes participantes. Sois todas unas artistas de la escritura. Enhorabuena a todas por vuestras historias.
ResponderEliminarAbrazos
Muchas gracias, querida Isa 😊 Preciosas plumas todas! Un placer tu mirada y tu sentir.
EliminarFeliz de saberte por aquí!
Abrazos enormes, y muy feliz día 💙
Una vez que subió la larga escalinata ,este estaba cansado y dolorido por el largo viaje en barco ,puesto que se pasó el mayor del día recluido en su prisión que era su ataúd.
ResponderEliminarY de noche al amparo de noche y la luna llena salía , y se alimentaba de algún tipo de animal , ya fuese una cabra o una gallina.
Él la miró y le dijo ,¡Cariño me temo que está noche ,no habrá arrumacos! Así que apaga la luz y vamos a dormir.
Espero poder participar en este bello relato colectivo , si no te gusta mi aportación puedes borrar el comentario , mi bella Ginebra.
Ah , y soy flor.
Mañana pasaré aver la otra convocatoria que tienes en varietés.
Está muy bien este blog que no conocía y este relato también dale las gracias a Dulce y a los otros participantes de mi parte.
Besos de flor🏵️🌼
Claro que sí, preciosa Flor! Me alegra saberte por aquí. Todas las aportaciones son valiosas. En este caso, los arrumacos tendrán que esperar, ja, ja, ja...
EliminarMil gracias por participar!
De tu parte para todos; ellos te leerán, querida amiga 😉
Bsoss enormes, y muy feliz día! 💙
Perdón por no poner tiempo , ya que me lo he comido , y a ver es separado . Besos
ResponderEliminar👍😘
EliminarSin embrago Josefine ya sabía que un vampiro no duerme por la noche, así es que no creyó en esa excusa, por otra parte, ella misma ya sentía el ansia por sentir sangre cálida corriendo por sus venas. Casi podía olerla a kilómetros.
ResponderEliminarEntre pesadillas se despertó a media noche y vio que Vlad no yacía en la cama como suponía. Recordó las historias que se contaban en el pueblo acerca de aquel ser que por las noches se dejaba ver en los aposentos de mujeres. Por lo que supuso que él había vuelto a la cacería.
Casi sin fuerzas se arregló su vaporosa cabellera, se cubrió con una capa oscura u decidió salir de la casa por vez primera desde que había llegado....
Deseó no sentirse tan débil, claro que alimentar a un vampiro, entregar sangre, tenía sus consecuencias, como esa languidez que sentía.
ResponderEliminarSabía que él necesitaba de la sangre, que era la vida en su no muerte, que seguramente preferiría alimentarse de mujeres, preferentemente bellas.
Se las imaginó flotando en el río, dentro de una maleta.
Tal vez debería detenerlo, evitar ese acto tan drástico.
Aunque deseó no haber escuchado esas historias, sobre ese vampiro legendario y sus tres amantes. ¿Cómo sería compartirlo con otras dos mujeres?
Descubrí este blog tuyo y decidí sumarme.
Besos.
Muy buena aportación, querido amigo. El tema va cogiendo profundidad...
EliminarMe alegra que te hayas unido. Será un placer para todos contar con tu valiosa compañía en este otro espacio de letras.
Muchísimas gracias.
Abrazos enormes, y muy feliz finde.
La sola idea de verle yacer con dos mujeres más la martirizaba, ella esperaba un hijo de él, su amor era eterno pero sus celos la mantenían viva y expectante, ella sabía que él la amaba, pero tenía que preguntarle porque yacía con otras mujeres.
ResponderEliminarEsa noche en silencio de las calles desiertas caminaba si rumbo fijo, sentía dentro de ella a su bebé, se agitaba era como un mal presagio, no debió de haber salido.Al cruzare con la gtaverna del pueblo oyo algarabía de risas de hombre y mujeres parecían borrachos y demasiado alegres.
Aceleró el paso pero fue inútil cuando se quiso dar cuenta alguien por detrás la tapo la boca y son una fuerza letal la metió en un carruaje en marcha. Cuando despertó estaba en una celda su cuerpo posaba en un camastro mugriento y solo había una ventana, está con barrotes.
Vlad, antes de que amaneciera regreso al lado de su amada, pero ella no estaba, su mente se perdía entre laberintos para poder visualizarla, algo estaba ocurriendo apena tenia conexión con Josefine.
👏👏👏🤓
ResponderEliminarVlad sintió una presencia, que reconoció inmediatamente. Se dio vuelta con furia, atrapando a una bella vampira.
ResponderEliminar-¡Carmilla! ¿Qué hiciste, maldita?
Sí, la misma vampira que seducía a jóvenes mujeres, con la promesa de compartir una eternidad, con una oscura pero intensa pasión.
-Tranquilo, impetuoso Vlad. Yo no le hice nada a tu Josefine. Vi que la raptaron.
-¿Pr que no lo impediste?
-No soy la misma desde ese historia en Estiria. No me atrevo con los cazadores de...de lo que somos. Pero los seguí.
-Vas a guiarme.
-Puede ser una trampa para cazarte. ¿No preferirías buscar unas damiselas conmigo?
Vlad la miró con furia.
-¿Que se hizo del vampiro que arrojaba cuerpos al río?
Corrección
Eliminar-No soy la misma desde ese historia en Estiria.
Va "esa historia" en lugar de "ese historia"
Besos, Ginebra.
Perfecto 👍 Gracias!
EliminarMe gusta el cariz que está tomando.
Bsoss! 😘
Ginebra linda personita, ya sabes corta y pega donde sea menester jajajaj esta genial, estoy entusiasmada ajja muakissssss.
Eliminar🤓😉🙂🤗💙
EliminarQue pretendes atormentarme,ella es mi eternidad, la necesito, tú no puedes entender el amor que siento por ella va más allá del deseo y el placer, necesito tenerla conmigo.
ResponderEliminarCarmilla lo miró con esos ojos sangrientos y por primera vez en su existencia sintió envidia del sentimiento que ella era incapaz de sentir.
Dejemos de divagar pon tu mente a trabajar y entre los dos visualicemos donde puede estar Josefine, aunque sea una trampa para poder casarme debo ir a su recate, ella esta esperando un hijo y esas bestias son capaces de cualquier cosa.
Entre las tinieblas ambos sincronizados olieron que los cazadores se encontraban cerca, había un refugio donde los de su clase se mantenían a salvo de sus enemigos.
Vlad. volvió a sentir una inquietud de pronto olió el aroma de su amada, era elixir para él, bajó del carruaje, estaba seguro que ella no estaba lejos, oía el tic tac de dos corazones.
La Muerta Enamorada, curioso nombre que tenía el lugar entre los hijos de la noche.
ResponderEliminar-Una vez creí sentir lo mismo por una mujer-dijo Carmilla- Pero conocían demasiado mi fama. Y ya te conté lo que pasó.
-Fuiste muy descuidada.
-Eso es lo que no hace el amor. ¿Por qué les gusta tanto a los humanos?
El amor es como la sangre para los humanos, no pueden vivir sin probar de su sabor. Y Josefine me ha dado de probar de ese sabor que ya creía olvidado, no puedo renunciar a la oscuridad, pero tampoco renunciaré a quien me hace sentir vivo otra vez.
ResponderEliminarFue cuando Vlad se esfumó ante los ojos de Carmilla y está se dio cuenta de que aún latía vida en ellos, aunque no fuese como la de los humanos.
Carmilla farfulló algo, giró sobre sí misma y, como un rumor,se coló entre las sombras. «Los vampiros no tienen alma», se decía constantemente, «solo entendemos de satisfacernos de carne y placer». Ella iría en busca de alguna damisela a la que cortejar y a la que chupar la sangre mientras dejaba que Vlad se enfrentara a los cazadores y a ese nuevo instinto que había nacido en él.
ResponderEliminarDos corazones tenían la culpa y un alma, la suya, que había empezado a susurrarle los secretos de la vida, esa otra vida que no pendía de la oscuridad sino que tenía nombre de mujer y que había atrapado la suya con una fuerza que no lograba comprender pero que le hacía convertirse ahora en un salvaje, sin medida, sin contemplaciones...
Los cazadores cayeron uno a uno. No perdió en tiempo en morderles, en extraerles la sangre. Un silbido de espada y las cabezas rodaban por el suelo dejando un reguero de sangre.
Encontró a Josefine.
Estaba pálida y con un halo de vida. «Salvajes..», gritó, tomándola en brazos. Se mordió la muñeca, ahí donde más latía la sangre, y dejó discurrir un pequeño hilo entre los labios de su amada...
Cuando el calor del líquido rojo llego a sus labios abrió los ojos y una lágrima salió de ellos.
ResponderEliminarVlad, la cogió entre sus brazos y con el último esfuerzo que le quedaba logró llegar a su morada, la dejo en la cama cubriendo(la) con la colcha para que entrara en calor. Él con toda su furia en sus ojos dio un grito gutural, llamó a Carmilla y esta se hizo presente al instante.
Escúchame bien lo que tengo que decirte,tengo salir a por comida, estoy agotado y tengo que alimentarme para poder afrontar lo que nos espera, será una guerra a muerte con esos salvajes, solo te pido una cosa, que te quedes al cuidado de Josefine, no la dejes sola, ella de momento la alimente pero cuando despierte estará hambrienta...
Mientras en otra parte de la ciudad, la masacre de cazadores produjo produzco un revuelo en ciertos círculos.
ResponderEliminar-Ya dije que no debíamos enfurecer a ese vampiro. Y no me escucharon.
-Las decisiones las tomó yo-dijo el que tenía más autoridad.
-Y por creerte un Van Hellsing, se produjo esta catastrofe.
-Bien, perdimos a los más débiles. Un gran contratiempo. Pero medimos la fuerza de un enemigo. Y sabemos que tiene una debilidad.
Josefine despertó, creyó que todo había sido una pesadilla, que nunca había salido de casa. O que Vlad la había traído de regreso.
Pero se sentía más débil que antes, lo que le molestaba. Y vio a esa mujer, que indudablemente era una vampira.
-¿Vlad sigue con lo de tener tres novias para él? ¿Te trajo y fue a buscar a la tercera?
-Tranquila, Josephine. Soy una amiga, si es que que nuestra gente conoce la amistad. Estaría más interesada en tu persona, pero no me atrevería a meterme con su amada.
Josephine suspiró.
-Y tu nombre es...
-Carmila.
-¿Carmila? ¿Cómo la historia de Sheridan Le Fanu?
La vampira contuvo su mal humor.
-Un gran escritor que no contó toda la verdad. Estoy acá para protegerte. Y para alimentarte si hace falta.
Quiero agradeceros de corazón vuestras magníficas participaciones. Llevo días que, por motivos de salud, ando un tanto alejada de estos lares. Por esto mismo, estaré ausente unos días; pero no quería dejar de felicitaros y hacer todas las publicaciones de este mes. GRACIAS por vuestra valiosa compañía. Habéis creado, entre todos, una buenísima historia!
ResponderEliminarNos vemos pronto, queridos amigos.
Os quiero 💙
Entonces, me alegro de haber aportado unos párrafos a esa historia, sin haber desentonado.
EliminarEspero que te mejorés de tu salud.
Y te agradezco lo que nos brindas con tu inspiración.
Un abrazo y un beso.
Muchas gracias, querido amigo, por tu presencia y tus deseos.
EliminarVoy mejorando muy poquito a poco, pero vislumbrando ya esa luz al final del túnel...
Abrazos y Bsoss 💙