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jueves, 31 de agosto de 2023

Un viaje inesperado (Relatos encadenados)


Antes que nada:
Feliz regreso de estos días estivales, y buen comienzo de mes.
Seguimos caminando; que no es poco.


Y ahora sí. Os propongo, como en otras ocasiones, un relato encadenado. Escribiremos, siempre, teniendo en cuenta el comentario anterior para mantener el hilo, aun cuando hagamos los giros y las tramas que se nos ocurran según vaya avanzando la historia.   
Así que, sin más dilación…


*

   Apenas desvió su mirada hacia el barco que estaba a punto de atracar, y al que ella subiría poniendo fin a una breve escapada que le había proporcionado (hasta ahora) esa paz espiritual tan necesaria, cuando, de pronto, observó que la maleta que había a sus pies, no era la suya.

   La expresión de su rostro lo decía todo, la invadió el pánico por perder todas sus pertenencias y sobre todo, aquel documento que le había dado su abogada y que le era indispensable para reclamar la propiedad heredada de su padre.
 
   No le quedaba nada en la vida más que esa propiedad. De ella dependía para poder realizar el sueño que siempre tuvo. Así que se sacudió la tristeza primera, dirigió sus pasos hacia la comisaría más cercana sin saber que aquello cambiaría su vida totalmente. Este giro inesperado tampoco lo tenía planeado. Pero sucedió...
 
   En aquella comisaría, se sentía era mirada como culpable de algo, cuando ella tan solo buscaba y buscaba...
Su sorpresa fue cuando le pidieron la documentación, rebuscó en el bolso y en aquellos documentos aparecía una foto de una mujer que no era ella, pero con su nombre... la detuvieron al ver que no era su identidad, en un segundo todo había cambiado...
 
   Aquello la descolocó tanto que no tuvo fuerzas para llamar a quien podría ser su salvador. La encerraron en una celda junto con otras presas de no muy buena reputación, ella una señorita de los pies a la cabeza, se veía envuelta en algo inverosímil.
 
   Y las demás presas la notaron.
   —Miren, una señorita de buena reputación.
   Ella sospechó lo peor, cuando fue rodeada, sujetada por las demás,
   —Parece que tengo una modelo —dijo una mujer entre sombras— Así que no la toquen... por ahora.
  La mujer salió de las sombras, revelando una sonrisa maliciosa. Tenía una apariencia bohemia, como una artista. La protagonista fue conducida suave pero firmemente ante la artista.
   —Las cosas son así. Yo estoy presa, pero mis retratos dan prestigio en la alta sociedad —le dijo a ella     — Así que me dan los materiales Y todo lo que necesito.

   Cuando estuvo delante de esa sonrisa que le recordaba a alguien, no se achantó y mirándola fijamente a los ojos le preguntó.
   —Si tan buena artista te crees aquí me tienes, puedes pintarme y si sacas por el retrato más de un dólar bien vendrá para contratar al mejor abogado.
   —Veo que no pierdes el sentido del humor querida, veremos a ver cuando lleves una semana si sigues con esa altivez.
   Las demás presas echaron unas carcajadas que le estabilizó por un segundo, pero su orgullo hizo recomponerse y seguir delante de aquella mujer, que cada vez le recordaba alguien de su pasado.

    Ella respondió muy segura de sí misma.
  —No podrá pintarme si tu séquito me hace daño —dijo, adoptando una pose sugestiva— Si soy tu modelo, protegerás mi... altivez.
    La artista sonrió con malicia.
   —Querida, ninguna de mis amiga ofenderá tu... integridad. Es una promesa. Tengo métodos más sutiles para que una modelo cambie su actitud.
    Ella se mostró escéptica.
   —Puedo conseguir que te contacten con una abogada de prestigio, para ayudarte en tu caso —respondió la artista— Y hacer que tu permanencia acá sea más confortable. Pero hay condiciones. Y para comenzar, te llamaré Simonetta.

    Pero no podía quedarse allí como una simple modelo tras las rejas, necesitaba salir, el tiempo no era ya un aliado, menos aún encerrada. No dejaba de pensar en dónde estaría su maleta, fue cuando el policía encargado la llamó y le hizo salir de la celda, le tenía buenas noticias. Señorita, hemos recibido noticias del paradero de su maleta y ya puede salir libre, han pagado la fianza. Pero ¿quién? se preguntó inmediatamente...

    Lo primero fue ir a revisar su maleta, la sorpresa fue mayor cuando descubrió que era idéntica por fuera, pero dentro sus pertenencias no estaban y mucho menos aquel documento que era tan necesario para ella, sin él no había un futuro digno.
  Su indignación era abrumadora, estaba libre, pero sin nada, ni tan solo unos peniques, ¿qué haría ahora, dónde iría?
    Una mano en su hombro, la sacó de sus pensamientos negativos…

    Era Carla Celentano, su abogada, quien la abrazó.
    —¡Por fin te encontré! —dijo la abogada— Vamos a un café que conozco. Tengo novedades.

   Era un lugar discreto para hablar. Carla, la abogada, le habló de que había recurrido a ciertos contactos, no muy legales, que le debían favores.
   —Y así te encontré, pagué la fianza —explicó la abogada— Y luego hablé muy seriamente con la policía.
    —¿Por qué me pasan estas cosas?
    La abogada contestó rápidamente.
   —Es por la herencia. Esa gente es tan retorcida que contrató a una ladrona, para que te robara el documento. Pero tranquila que pronto ya va a caer.
 
   El pronóstico de Carla ya se estaba cumpliendo. La ladrona, cuya foto había aparecido en el bolso de la protagonista, se retorcía entre policías. A pesar de su resistencia, fue empujada a la celda, en que estaba la pintora bohemia.
    —Parece que tengo una modelo nueva —dijo la artista.


16 comentarios:

  1. La expresión de su rostro lo decía todo, la invadió el pánico por perder todas sus pertenencias y sobre todo, aquel documento que le había dado su abogada y que le era indispensable para reclamar la propiedad heredada de su padre.

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  2. No le quedaba nada en la vida mas que esa propiedad. De ella dependía para poder realizar el sueño que siempre tuvo. Así que se sacudió la tristeza primera, dirigió sus pasos hacia la comisaría más cercana sin saber que aquello cambiaría su vida totalmente. Este giro inesperado tampoco lo tenía planeado. Pero sucedió...

    💋💋💋💫🤗

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  3. En aquella comisaría, se sentía era mirada como culpable de algo, cuando ella tan solo buscaba y buscaba...
    Su sorpresa fue cuando le pidieron la documentación, rebuscó en el bolso y en aquellos documentos aparecía una foto de una mujer que no era ella, pero con su nombre... la detuvieron al ver que no era su identidad, en un segundo todo había cambiado...

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  4. Aquello la descoloco tanto que no tuvo fuerzas para llamar a quien podría ser su salvador. La encerraron en una celda juntos con otras presas de no muy buena reputación, ella una señorita de los pies a la cabeza , se veía envuelta en algo inverosímil.
    Gracias, Ginebra

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  5. Y las demás presas la notaron.
    -Miren, una señorita de buena reputación.
    Ella sospechó lo peor, cuando fue rodeada, sujetada por las demás,
    -Parece que tengo una modelo -dijo una mujer entre sombras- Así que a no la toquen... por ahora.
    La mujer salió de las sombras, revelando una sonrisa maliciosa. Tenía una apariencia bohemia, como una artista. La protagonista fue conducida suave pero firmemente ante la artista.
    -Las cosas son así. Yo estoy presa, pero mis retratos dan prestigio en la alta sociedad -le dijo a ella- Así que me dan los materiales Y todo lo que necesito.

    Un nuevo relato encadenado. ¿Que saldrá de esto?
    Besos, Ginebra.

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  6. Gracias a todos, chicos. Sois muy grandes.
    ¡Se va poniendo interesante!
    Bsoss enormesss 🙏👍🤗💙

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  7. Cuando estuvo delante de esa sonrisa que le recordaba a alguien, no se achantó y mirándola fijamente a los ojos le preguntó.
    - Si tan buena artista te crees aquí me tienes, puedes pintarme y si sacas por el retrato más de un dólar bien vendrá para contratar al mejor abogado.
    -Veo que no pierdes el sentido del humor querida, veremos a ver cuando lleves una semana si sigues con esa altivez.
    Las demás presas echaron unas carcajadas que le estabilizó por un segundo, pero su orgullo hizo recomponerse y seguir delante de aquella mujer, que cada vez le recordaba alguien de su pasado.

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  8. Ella respondió muy segura de si misma.
    -No podrá pintarme si tu sequito me hace daño -dijo, adoptando una pose sugestiva- Si soy tu modelo, protegerás mi...altivez.
    La artista sonrió con malicia.
    -Querida, ninguna de mis amiga ofenderá tu...integridad. Es una promesa. Tengo métodos más sutiles para que una modelo cambie su actitud.
    Ella se mostró escéptica.
    -Puedo conseguir que te contacten con una abogada de prestigio, para ayudarte en tu caso -respondió la artista- Y hacer que tu permanencia acá sea más confortable. Pero hay condiciones. Y para comenzar, te llamaré Simonetta.

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  9. Pero no podía quedarse allí como una simple modelo tras las rejas, necesitaba salir, el tiempo no era ya un aliado, menos aún encerrada. No dejaba de pensar en dónde estaría su maleta, fue cuando el policía encargado la llamó y le hizo salir de la celda, le tenía buenas noticias. Señorita, hemos recibido noticias del paradero de su maleta y ya puede salir libre, han pagado la fianza. Pero quién? se preguntó inmediatamente...

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  10. Lo primero fue ir a revisar su maleta, la sorpresa fue mayor cuando descubrió que era idéntica por fuera, pero dentro sus pertenencias no estaban y mucho menos aquel documento que eran tan necesario para ella, sin él no había un futuro digno.
    Su indignación era abrumadora, estaba libre, pero sin nada, ni tan solo unos peniques, ¿qué haría ahora, donde iría?
    Una mano en su hombro, la saco de sus pensamientos negativos…

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  11. Era Carla Celentano, su abogada, quien la abrazó.
    -¡Por fin te encontré! -dijo la abogada -Vamos a un café que conozco. Tengo novedades.

    Era un lugar discreto para hablar. Carla, a abogada, le habló de que había recurrido a ciertos contactos, no muy legales, que le debían favores.
    -Y así te encontré, pagué la fianza -explicó la abogada- Y luego hable muy seriamente con la policía.
    -¿Por qué me pasan estas cosas?
    La abogada contestó rápidamente.
    -Es por la herencia. Esa gente es tan retorcida que contrató a una ladrona, para que te robara el documento. Pero tranquila que pronto ya va a caer.

    El pronóstico de Carla ya se estaba cumpliendo. La ladrona, cuya foto había aparecido en el bolso de la protagonista, se retorcía entre policías. A pesar de su resistencia, fue empujada a la celda, en que estaba la pintora bohemia.
    -Parece que tengo una modelo nueva -dijo la artista.

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    1. Un detalle. Te falto este párrafo, al princio de lo que escribí:

      "Era Carla Celentano, su abogada, quien la abrazó.
      -¡Por fin te encontré! -dijo la abogada -Vamos a un café que conozco. Tengo novedades".

      Luego viene lo que incluiste.

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    2. Incluido 👍 ¡Gracias, querido amigo! 💯😉💙

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  12. Gracias a todos, mis queridos amigos y compañeros de letras 🙏
    Sois un lujo, y es maravillosamente enriquecedor danzar con las letras en vuestra valiosa compañía.
    Buen relato encadenado 👍💯👏👏😘💙

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  13. Me sorprende haber cerrado este relato colectivo.

    Es un final abierto que queda bien.
    La protagonista está a punto de reclamar su herencia.
    Y la ladrona ha sido atrapada. Le espera algo que los lectores imaginarán, de acuerdo a lo escrito y a la propia imaginación.
    Besos.

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    1. Así es, querido amigo. Le diste un buen cierre y, a su vez, queda abierto a la imaginación para darle forma a ese destino inminente de la ladrona y que, sin duda, le va a venir muy bien a la artista de la celda 😉

      Mil gracias.
      Vosotros sí que sois unos artistas 👍

      Abrazo grande 💙

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